Los Hobbies del Rock

Cuando en los años 50 apareció el rock en Estados Unidos, nadie podía imaginarse la evolución que traería consigo este nuevo género hasta muestro días. Desde los primero acordes que nacieron de la influencia del rythm and blues y la música country, el rock se ha extendido por todo el mundo adoptando diferentes estilos. Si en la magnitud del rock caben géneros tan diferentes como la música garage de la que evolucionarían grupos de hoy como The Strokes; el blues rock de The Yardbirds, la antesala de Led Zeppelin: o el Glam rock presidido por Bowie, no es de extrañar que dentro del rock podamos encontrar músicos muy eclécticos.

Como en la variedad está el gusto, dentro del gusto de estos músicos tan variados podemos encontrar todo tipo de hobbys de lo más curiosos e inesperado, solo aptos para los aficionados que los practican.
Muchos rockeros han hecho del deporte su mejor afición, por eso de poder eliminar estrés o mantenerse en forma para las más de dos horas de concierto. Alice Cooper, en cambio, ha hecho del golf su principal adicción. Este deporte, que poco tiene que ver con la vida underground con la que se le ha relacionado al rock es, en palabras de Cooper, “el crack de los deportes” y, gracias a él, se ha mantenido alejado de otras adicciones menos saludables.

Otro que ha cambiado los escenarios por el campo, pero no de agujeros de golf sino de viñedos, es el cantante Maynard James Keenan. No sabemos si el líder de grupos como Tool o A Perfect Circle era un fan del vino, lo que es cierto es que ha decidido dedicar su vida a fabricarlo. Ahora es propietario de la bodega Caduceus Cellars y del viñedo Stronghold, ambos situados en Arizona y, por los se está dedicando en cuerpo y alma a promocionarlos.

Y como sin promociones y giras interminables el rock no podría entenderse, algunos encontraron en los juegos la mejor sala de espera entre bises. Flea el bajista de Red Hot Chili Peppers, ha hecho del ajedrez su mejor sustituto cuando no puede sacar la tabla de surf y los Artic Monkeys, pasan las horas muertas compitiendo en el tenis de mesa. Otro juego bastante más práctico que transportar la mesa de ping pong es el poker, quizá por eso de que ahora es fácil jugar gratis y en cualquier lugar durante la gira. Todavía se recuerdan en los backstages las timbas organizadas por el guitarrista de Anthrax Scott Ian, a las que invitaba a colegas de profesión como Kirk Hammet de Metallica o Slash que, por cierto, también tiene la afición de coleccionar máquinas de pinball.
Entre los rockeros coleccionistas también encontramos a Lemmy Kilmister, líder de Motorhead, que combina su afición de coleccionar antigüedades nazis con la de diseñar sus propias botas; y a Jack White, coleccionista de taxidermia y en los últimos años, aficionado también a los cameos cinematográficos.

Pero sin duda, la más rara de las aficiones es aquella que acaba convirtiéndose en profesión, sobre todo si hablamos de carreras de caballos. El afortunado aficionado es Bob Nastanovich, batería del desaparecido grupo de indie rock Pavement. Al parecer Bob desconectaba de las disputas de los últimos años del grupo aficionándose a las carreras de caballos y su afición la vivió de tal manera, que acabó contratado por la web Equibase como experto estadístico y reportero. Y aunque es probable que el mundo de las carreras haya ganado un gran analista, más de un aficionado a la música no estará muy contento de que el batería de Pavement haya cambiado las baquetas por los prismáticos.