Reseña del álbum 13 de Black Sabbath

Black Sabbath 13 Vertigo/Republic
Por Carlos Rodríguez

Black Sabbath regresa con el número 13, pero en realidad el verdadero número que deberíamos tener en cuenta es 35. Fueron 35 años los que hemos esperado para escuchar un álbum de Black Sabbath con su línea de formación original, o casi original, Brad Wilk (Rage against the Machines) está reemplazando a Bill Ward. En estos 35 años han muerto músicos talentosos unidos a Black Sabbath. Muere Randy Rhoads, Dio, y ahora la muerte le hace un guiño a Tony Iommi con su lucha contra el cáncer de Linfoma. Tony Iommi, el auténtico “Iron Man”, compuso los riffs de este álbum entre transfusiones de sangre y mucha quimioterapia.

Todo lo que se llama rock pesado y sus incalculables escuelas le deben algo a Black Sabbath. El mundo del rock lo sabe, es una deuda impagable, que cada banda de rock pesado hereda, y de alguna forma le hace tributo. Pero aunque han pasado 35 años y el hombre de hierro se muere de cáncer, la banda con “13” hizo lo que sabía hacer. Black Sabbath no buscó modernizar su sonido, ni actualizarlo o ponerlo en diálogo con cualquier tipo rock pesado contemporáneo (Menos mal que esto no sucedió) Los abuelos nunca pueden hacer lo que hacen los nietos, son generaciones incomunicables. Por tanto, “13” suena idéntico al álbum que habría seguido perfectamente después de “Never say die” de 1978. Al escuchar “13” nos transportamos a los setentas, y 35 años de historia desaparecen.

La gente se pregunta: ¿Pueden reunirse los elementos de una banda otra vez, y producir la genialidad de nuevo? Las reuniones generan mucha expectativa, y los seguidores cargan una infatigable presión por no ser decepcionados. La verdad es que Black Sabbath ya hizo todo lo que tenía que hacer en el mundo del rock, no se puede llegar a algo más alto que crear un género musical, el metal ¿Quiénes hoy en día pueden decir “Yo he creado un género musical que ha durado más de cuarenta años”? War Pigs, Paranoid, Black Sabbath son más que canciones, son los caminos que han transitado el rock por más de 40 años. El álbum “13”no nos da nada nuevo, solo el placer de escuchar los elementos de Black Sabbath ensamblándose una vez más para generar el sonido Black Sabbath. Este “13” suena tan pero tan a Black Sabbath, que uno pierde la noción del tiempo al escucharlo. Hay una sensación de vértigo, uno se atreve a decir de que Black Sabbath nunca se ha separado, y lo peor de todo, uno se dice a sí mismo “Black Sabbath no ha envejecido, somos nosotros los que lo hemos hecho”.

El primer corte “End of the beginning” suena tan pero tan parecido al intro de “Black Sabbath” la canción parece derivada de ésta, como una pequeña prolongación. “God is dead?” es un arpegio de Tony Iommi tenebroso, verdadera música de terror como diría alguna vez Ozzy Osbourne refiriéndose a la música de Black Sabbath. El corte de “Zeitgeist” lo habita un tributo fantasmal a “Planet Caravan”. “The Age of reason” ofrece un potente riff the Guitarra de Tomy Iommi. “Damaged Soul” es sin duda totalmente blusera al estilo de “The Warning”. Las demás canciones son todas los riffs, solos de bajo, y letra organizados según los mejores álbumes de Black Sabbath (Paranoid, Sabbath Bloody Sabbath, Master of Reality). Todas las canciones de “13” son pequeñas piezas derivadas de las piezas maestras, y suenan muy bien, pero no es nada nuevo.

El rock oscuro de Birmingham vuelve a sonar. Aunque las ideas creativas de Black Sabbath ya están agotadas, esto no significa que no podamos disfrutarlas una vez más. Ellas tienen el derecho a repetirse porque son ideas musicales potentes, y sobre todo, continúan siendo contemporáneas. Con “13” la banda resucitó su fuerza, esa fuerza que como la letra de Jhony Blade, una de las canciones de “Never say die” dice “He’ll keep fighting ‘till the end of his days” Black Sabbath continuará luchando hasta el fin de sus días.