Reseña de Guns N' Roses en Colombia - 2010

GUNS N´ ROSES
SEBASTIAN BACH
LEÓN BRUNO
Tocancipá, Parque Jaime Duque
Martes 30 de marzo del 2010

NINGÚN CUENTO CHINO
Si uno fuera tan ingenuo de creer ciegamente en los puntos de vista ofrecidos por la escuálida prensa musical colombiana -aquella compuesta por un circulo reducido de personajes presumidos que ocupan blogs dentro de las paginas de los grandes periódicos, tienen uno que otro programa variopinto de música en la radio FM y una columnilla en una revista de moda- el show de Guns N´Roses hubiese resultado en una perdida de tiempo y dinero. Según estos “iluminados de la Wikipedia” Axl Rose estaba echo polvo, viviendo de su pasado y acompañado por unos músicos de alquiler que no merecían mayor crédito. Como no estimo juicios venidos por gente que un día te dice que el nuevo disco de Cabas es imprescindible, que Sidestepper es el mejor grupo del rock nacional o que Fito Páez se fajó la mejor presentación en la historia de Rock al Parque, sin reparos viajé hasta el Parque Jaime Duque para encontrarme con dos de las voces insignes del hard rock a finales de los ochenta e inicios de los noventa. Los resultados me reconfirmaron porque afortunadamente aun no tenemos una emisora, revista o canal de rock en manos de estos comunicadores dados a servir por meros intereses comerciales al mejor postor.

De los barranquilleros León Bruno no hay mucho que decir. No vi su actuación (la cual fue anunciada pocas horas antes de este concierto) pero según algunos comentarios de amigos este fue otro capitulo en la guerra entre artistas colombianos que abren a grandes agrupaciones y el público que busca bajarlos a costa de improperios y cuanto objeto puedan lanzar. Lamentable situación y peor aun que el vocalista del acto nacional caiga en este juego de quien resulta más provocador.

EL ETERNO SALVAJE
A las nueve de la noche Sebastian Bach salió a matar, custodiado por el baterista Bobby Jarzombek, el bajista Rob Deluca, el guitarrista Johnny Chromatic y un jovencísimo Nick Sterling en la guitarra puntera. Ataviado con sus clásicos pantalones de cuero, sacudiendo su rubia melena y batiendo por los aires su micrófono para posteriormente enrollar el cable a su cuello, Bach se robó al público desde el arranque.



En el apartado musical el canadiense se apuntó una selección de lujo que cualquier fan de Skid Row adoraría. Despegando con la apabullante “Slave To The Grind” a continuación nos sometió a una fabulosa versión de Aerosmith con “Back In The Saddle” incluida en su recomendable primer disco en solitario “Angel Down”. Pese a que el sonido no cuajaba y se notaban los ires y venires en las perillas de la consola, una muy querida “Big Guns” y “Here I Am” prendieron la fiesta en el gélido parque sabanero. El grupo que acompaña a Bach trabaja a las mil maravillas; de sobra se percibe el acople y la buena energía en su interior, compartiendo sonrisas y poses dignas de fotografiar a medida que derrochaban su talento ante nuestros ojos.

No obstante todo esto se pudo haberse arruinado cuando Sebastian se salió de casillas con un espectador ubicado en las primeras filas. Por motivos que desconozco, el músico increpó a esta persona y para poder continuar su espectáculo exigió –con palabras de grueso calibre- que fuera retirado del recinto. Una vez superado este bochornoso numerito (que muchos esperamos ver más adelante por cortesía del señor Rose pero no con Bach) el concierto prosiguió al máximo poder. “Piece Of Me”, “Stuck Inside”, “18 and Life” fueron coreadas con mucho sentimiento por el público. Por momentos olvidamos que veníamos a ver a Guns N´ Roses, ya que Sebastian y su banda no eran el típico “telonero”; lo que exhibían en tarima y la respuesta que obtenían era algo propio de un acto principal.



Entre canciones el frontman se dirigió con mucho cariño a la audiencia en español. No era precisamente que dominara nuestra lengua, pero hábilmente planificó algunos textos que iba leyendo en un simpático acento ante la aprobación de todos los presentes. Incluso, la banda improviso algún tema con la palabra Bogotá en sus letra pero el público no la “cogió” y Bach y sus muchachos desistieron de la idea. Otras de las palabras recordadas fue las que concedió el vocalista a su abuela que había fallecido un día antes y a la que dedicó una emotiva versión de “By Your Side”.

Al fondo del escenario se proyectó la carátula del disco “Angel Down” donde por cierto colabora Axl Rose en tres composiciones. Tras escucharlo en el equipo de sonido y representado esta noche con temas como “(Love Is) A Bitchslap”, “American Metalhead” y “You Don´t Understand” se denotan las intenciones del ex Skid Row por sonar cada día más pesado y fresco en su sonido. Estoy seguro que su próxima obra con el acompañamiento de Jamey Jasta de Hatebreed será más fiera y demostrará que Bach no solo es una figura del hard rock sino del metal visceral.

El cierre de la noche estuvo acompañado del cantante apropiándose de una bandera colombiana que puso sobre su cuello y más adelante cedió a esta nueva figura de las seis cuerdas que es el lozano Nick Sterling a manera de “poncho”, según descripción del cantante. Con las infartantes “Monkey Business”, “I Remember You” y “Youth Gone Wild”, Sebastian cerró su visita por lo alto a Colombia tras 20 años de espera. Las comparaciones siempre son odiosas, pero después de ver unos meses atrás a Skid Row en Bogotá, considero que es el popular frontman el que gana este pulso. Puede estar tranquilo lejos del campamento grupal jugándosela al solista; posee una banda cohesionada y poderosa, su garganta llega aun a esos altos inverosímiles y todo ello lo complementa con un gran carisma. Esta noche triunfó y más de uno quedo atónito.

AXL… ETERNAMENTE AXL
Cualquier rockero colombiano debe recordar las fascinantes historias que emergieron tras la primera actuación de Guns N´Roses en el país en noviembre del año 1992. Tildados de delincuentes por un sector de la siempre errática prensa local, la banda más grande del mundo por entonces solicitó toda clase de lujos y extravagantes requisitos para presentarse dentro de la convulsionada gira mundial del “Use Your Illusion I & II”. En backstage se reveló que hubo cantidades descomunales de droga y presencia de prostitutas, se presentaron disturbios en las afueras del Estadio el Campin y al día siguiente el barrio Galerias despertó destruido mientras el organizador del espectáculo abandonaba suelo nacional ante la avalancha de demandas que se le venían encima. Sin embargo, en la mente de miles afortunados quedó grabado un show memorable, culminado con la preciosa imagen del adorado Axl Rose tocando su piano bajo la lluvia mientras interpretaba “November Rain”. Unos meses después el peligroso conjunto se desmoronó y su nombre paso a ser una leyenda.



Dieciocho años después el panorama es bien diferente. Axl Rose ya no cuenta con esos geniales músicos que le sirvieron para que el mundo se postrase a sus pies a punta de fenomenales álbumes y electrizantes directos. “Chinese Democracy” tardó una década en publicarse, costándole millones de dólares y de críticas negativas. Empero al altivo cantante de Indiana le importa poco y nada lo que digan los fans radicales con respecto a su legado. Escoltado por músicos mercenarios de alto nivel recorre el mundo interpretando esos efectivos clásicos que aun miles pagan por oír a la par que defiende su más reciente disco con uñas y dientes. Por ello tal vez, Rose no dudó en pasearse por un centro comercial capitalino y saludar afablemente a quien se topara, un aspecto muy distante del insurrecto que vino a Colombia hace casi dos décadas.

Muchos sabíamos que Rose venia retrasando sus presentaciones por Suramérica hasta por tres horas. Aquellas incomodas manías de divo no se las quita nadie. Después de concluir Sebastian Bach su show, parte de la gente se sentó en el piso y acudió a la paciencia, lo de Guns N´ Roses no tomaría unos minutos y con rechiflas poco se solucionaría. Sin embargó el grupo apareció “pronto”, tan solo una hora y 15 minutos de espera transcurrieron para que la cortina de presentación de la gira irrumpiera y con una fogosa “Chinese Democracy” viéramos al eterno rock star sobre la pista. La audiencia estaba alborotadísima y cuando Rose exclamó “You know where you are…” la histeria rebasó cualquier expectativa. “Welcome To The Jungle”, “It´s So Easy”, “Mr. Brownstone” exhibieron a una banda que echa chispas sin importar que más del 80% de ella no haya compuesto ninguna de dichas canciones.




El célebre frontman se encuentra en muy buena forma… claro, no es aquel hombre que corría de un lado al otro del escenario con pantaloncitos cortos sin perder el aliento, pero su voz mantiene el carácter y consagra su irrepetible timbre a lo largo de los años. Varias veces cambió su atuendo a medida que el repertorio transcurría, uno que otro look pudo servir como “flash” del pasado pero la vestimenta en plan “mafioso” fue la que predominó. “Sorry” y “Better” son dos sólidas creaciones de su última entrega de estudio, no obstante es evidente que muchos no le caminan a este trabajo y la audiencia se enfrió. Era momento de enseñar las virtudes de la nueva formación, para ello el guitarrista Richard Fortus fue el primero marcándose un vibrante solo con la base rítmica del famoso tema del agente 007, James Bond.

A continuación “Live and Let Die”, el reconocido cover de Wings que efectuará la banda en el “Use Your Illusion I” devolvió la vitalidad a la audiencia. Pero pronto el setlist nos dirigiría nuevamente al controvertido “Chinese Democracy”. “If The World” posee unas guitarras muy pulidas con aires españoles además de ser un tema envolvente, pero insisto que ante la reticencia del público para con este material las cosas no resultan tan emotivas en directo. Una bomba absoluta fue “Rocket Queen” con imágenes de bellas mujeres figurando en las pantallas y la potencia propia de un clásico extraído del inmortal “Appetite For Destruction”. Axl entonces presentó al tecladista Dizzy Reed (único sobreviviente junto al frontman de la mítica alineación que vino la primera vez a Bogotá) quien tomó puesto en el piano para regalar un bello momento con este instrumento a los asistentes. De allí se desprendió “Street Of Dreams”, una delicada pieza en onda Queen también venida del último álbum y que capturó por completo la atención de todos al ser acompañada de un video donde se ve a una chica frustrar sus esperanzas en las calles de Hollywood y rematando con Rose encima del piano.




Apareció un inconfundible baqueteo a cargo del señor Mike Ferrer y la emoción nuevamente se apoderó del lugar, “You Could Be Mine” hizo saltar a miles de dichosos espectadores. Acto seguido el guitarrista Dj Ashba con un cigarrillo humeante en su boca se fajó un grandioso solo ornamentado con una pose heroica calcada del inolvidable Slash, pero al fin de cuentas consiguiendo robarse los aplausos. El sonido desafortunadamente nunca terminó de convencer. No creo que haya sido culpa del recinto o del gigantesco equipamiento acarreado por los Gunners, tal vez el ingeniero tras la consola no halló nunca el punto ideal. Lo anterior sumado a la intermitente lluvia, no nos impidió disfrutar con la fuerza de “Knocking On Heaven´s Door” con miles de brazos arriba yendo de un lado para otro y la dulzura de “Sweet Child O´Mine”, probablemente el tema más celebrado del conjunto y que aquí demostró que los nuevos músicos la tocan perfecta, tal cual la original.

Con la neblina flanqueando todos los bordes del Parque Jaime Duque y el frío calando los huesos llegó November Rain con una altísima calidad interpretativa, convirtiéndose en otro de los momentos brillantes de la noche. Rose ha sabido rodearse de músicos idóneos para evocar los clásicos de un glorioso pasado. Para que no luzcan como simples “contratados” cada uno tiene un momento de lucimiento en tarima, el turno correspondió al guitarrista Bumblefoot quien tomó la archifamosa canción de introducción al show de la Pantera Rosa y la saturó de electricidad, todo un exquisito deleite para el oído. “Nightrain” fue una sacudida cuando ya vivíamos las primeras horas del nuevo día, con Axl corriendo por el escenario emulando los días en que escapaba de los reflectores.




El grupo se desvanece y sobreviene la petición unánime por más rock and roll. La vuelta dejó las cosas aun más en alto con la pomposa “Madagascar”, otra exhibición de que varios de los nuevos temas guardan el viejo espíritu Guns N´Roses, una canción predecible pero imponente acompañada con imágenes de Martin Luther King y parte del diálogo de “Civil War”. A continuación un cover de los australianos AC/DC, “Whola Lotta Rosie”, un conjunto al que siempre se puede acudir para conseguir una respuesta efusiva de la gente. La sensiblera “Patience” mereció un enorme coro y como cierre de esta fiesta “Paradise City” encumbró a Rose a superhéroe de la noche. Empuñando el tricolor patrio y acompañado de dos bellas chicas sonriente el egocéntrico frontman se despidió de los 10 mil asistentes, dos de ellos se vieron recompensados al recibir un trago de las propias manos del vocalista.




A las 2 y 15 minutos del amanecer terminaron dos horas y media de un gran show. No es mi propósito entrar en el debate de si esta formación representa a Guns N´ Roses o sencillamente es un capricho más de Axl Rose. Lo cierto es que esta noche nos divertimos de lo lindo con aquellas explosivas composiciones atemporales e imposibles de dejar pasar por alto en una autentica fiesta de rock and roll. Con los embates del negocio musical no resulta descabellado augurar una próxima reunión de la alineación clásica de la banda, pero por el momento Stradlin, Slash, McKagan, Adler y Sorum al menos sabrán que sus temas están en buenas manos.

Alejandro Bonilla Carvajal
Fotos por Isabel Orjuela

Fotos del concierto de Guns N' Roses:
http://www.rockombia.org/galeria/guns-n-roses-en-colombia-2010