Reseña de The Cure en Bogotá

The Cure en concierto: Just Like Heaven
Por Laura Catalina Arias

Fueron años de espera para poder ver a The Cure en Colombia, años llenos de expectativas y sentimientos acumulados que pudieron reventar el viernes 19 de abril. El parque Simón Bolívar aún no terminaba de llenarse en las presentaciones de las bandas Mmodcats y Superlitio, ambas escogidas para la apertura del concierto por los mismos integrantes de The Cure. El público esperaba a la banda británica entre el frío y la lluvia de la noche, clima que no cambiaría en todo el concierto y que daría más misticismo a una presentación asombrosa.


Eran más de las 8 de la noche. La espera por ver a The cure había terminado y la lluvia había dejado de ser importante porque ellos ya entraban en escena: Robert Smith en compañía de Simon Gallup, Reeves Gabrels, Jason Cooper y Roger O’Donnell. Casi sin mediar palabra, la banda británica envolvió la noche con los encantadores sonidos de “Plainsong”, de su álbum Disintegration. El público comenzó tímido a causa del frío, pero la emoción creció con “Pictures of You” y “Lullaby”. Con los brazos en el aire, los espectadores recibieron la interpretación de “High” y enloquecieron con “The End of the World” y el clásico “Lovesong”. Los asistentes no tardaron en bailar con los siguientes temas: “Sleep When I’m Dead”, “Push”, “In Between Days” y el muy coreado “Just Like Heaven”.


Con “From the Edge of the Deep Green Sea” y “Prayers for Rain”, el ambiente en el Simón Bolívar se volvió más íntimo. El público adoptó un estado de contemplación ante los sonidos más oscuros y melancólicos de la banda. De regreso a los sonidos originarios de The Cure, la banda interpretó “Play for Today” y “A Forest”, acompañadas de las voces y las palmas de los espectadores. El ambiente retornó a un estado de excitación y baile con “Bananafishbones” y continuó con “The Walk”, “Mint Car” y “Friday I’m in Love”, canciones que varios asistentes de todas las edades bailaron y gritaron con el corazón. “Doing the Unstuck”, “Trust”, “Want” y “The Hungry Ghost” desgarraron al público por sus letras, por sus sonidos y, claro está, por la magnífica voz de Robert Smith. Los sonidos de “Wrong Number” prendieron el parque y la interpretación de “One Hundred Years” y “Disintegration” dieron un mágico final a la primera parte del concierto.


The Cure sorprendió a los asistentes con tres encores. Los dos primeros presentaron oscuras y maravillosas interpretaciones de grandes clásicos. El primero comenzó con “The Same Deep Water as You”, con una melodía que daba buen preámbulo a las canciones del Pornography: “Cold”, “A Strange Day” y “The Hanging Garden”. El siguiente encore consistió en “Shake Dog Shake”, “Fascination Street”, “Charlotte Sometimes” y “Primary”.


El tercer encore y cierre del concierto fue una avalancha de éxitos que todo el público gritó, bailó, aplaudió y gozó al máximo. “The Lovecats”, “The Caterpillar”, “Close To Me”, canción que muchos creyeron que no tocarían, “Hot Hot Hot!!!”, “Let’s Go To Bed” que movió masas a más no poder, “Why Can’t I Be You”, la aclamada y muy pedida “Boys Don’t Cry”, la magnífica “10:15 Saturday Night”, aplaudida y bailada con una energía incomparable, y el fantástico cierre de “Killing an Arab”, el primer single de la banda y que nos devolvió a las raíces de The Cure. Fue un concierto fabuloso para los fans de la banda y, aunque muchos esperaban alguna canción de su gusto personal para que fuera interpretada, todos quedaron más que satisfechos con la totalidad del concierto.


El bajo de Simon Gallup fue admirable y valió la enaltación de Robert quien cantó un “oe oe oe oe Simon Simon” coreado por el público. Roger O’Donnell alucinó con el manejo de los teclados que aportaban la multiplicidad de sonidos que resaltaba el tinte de cada canción de la banda. La batería de Jason Cooper fue impecable y, por supuesto, Reeves Gabrels sedujo al público con cada riff de su guitarra. Y Robert Smith, pues, ¿qué más decir? No hay palabras capaces de describir el talento y carisma de este hombre que ha conseguido mantener actual e inspiradora su música e intacto su espíritu; su voz permanece impecable, emotiva y desgarradora en cada canción y su sonrisa era el perfecto fin de cada interpretación. Esta combinación de talentos deleitó maravillosamente a los fans colombianos que por tanto tiempo anhelaron verlos en escena. Fue un viaje de más de 3 horas a través de 42 canciones, un show sencillo y conmovedor que apasionó a 17 mil fans y evocó una atmósfera mística en torno a la música. Sin duda, una experiencia sublime.