Reseña Rock al Parque 2008

ROCK AL PARQUE 2008
Bogotá, Parque Simón Bolívar
Sábado 1, domingo 2 y lunes 3 de noviembre del 2008

SIN DUDAS, POR EL AGUA Y LA TIERRA

El ya habitual festival invernal de Rock al Parque llegó a su entrega número catorce, recién arrancado noviembre y a finales de la semana seguramente más cargada de shows internacionales que haya vivido por años este difícil país. Por el lado de la oferta privada teníamos actos de renombre como los pioneros del rock alternativo R.E.M. junto a sus nuevos abanderados, los inclasificables The Mars Volta. Solo 24 horas después la cosa era volver a los dorados años del Sunset Strip a cargo de los reagrupados Ratt y unos cuantos días más tarde presenciar a los creadores del heavy metal Judas Priest. Con todo este suculento menú en la ciudad, el afamado evento distrital no apareció este año como el hermanito pobre y por el contrario brindó uno de los mejores carteles desde su creación: Ratos de Porao, Carcass, Paradise Lost, Black Rebel Motorcycle Club y Bloc Party destacaban en el apartado internacional y por el lado de nuestra música saltaban: 1280 Almas, Pornomotora, Masacre, Kronos, Koyi K Utho y el Sie7e entre muchos otros.



Tomándolo como un individuo que entra a la delicada edad adolescente, el festival denotó su rebeldía y no se modificó de fecha pese a la imborrable granizada del año anterior, días pasados por agua que echan al traste todo el trabajo efectuado meses antes. Si bien el clima capitalino es impredecible se hace evidente buscar un fin de semana más apropiado para la realización del evento, los puentes de octubre y noviembre están sentenciados a ver caer del cielo lluvia en todo momento. No obstante a la indisciplina aparente, este ya casi quinceañero sabe cuando acatar al orden y la prudencia como única forma para existir. Así y para tristeza del comandante de la Policía de Bogotá Rodolfo Palomino, quien amenazó con la cancelación definitiva del rockero certamen tras los bochornosos incidentes provocados por unos cuantos desadaptados en Hip Hop al Parque (crasa injusticia teniendo en cuenta la diferencia de públicos además que los daños fueron hechos por unos pocos subnormales que no representan a la mayoría de asistentes), el comportamiento de los participantes en Rock al Parque 2008 fue estupendo. Una demostración de cómo los rockeros son sinónimo de cultura, civismo, respeto y ante todo tolerancia.



La logística es otro punto a destacar en esta edición, la entrada y salida del público no fue traumática sino por el contrario ágil pese a las férreas medidas de seguridad fijadas por la policía. La señalización fue clara, con el paso de los asistentes de un escenario al otro con mucha comodidad y las visitas a la carpa Distrito Rock para adquirir productos y conocer otros aspectos del festival estuvieron en completo orden. Todo hubiera salido a pedir de boca sí insisto ¡no hubiera llovido tanto! De hecho, aquella consigna puesta de “rock por el agua y la tierra” sonó más a broma macabra que otra cosa ya que la gran mayoría de los espectadores resultaron mojados de arriba a abajo y con sus zapatos embarrados por completo. Tantos milímetros de agua llevaron a la postre con la cancelación del escenario Lago el día domingo, lo que sacrificó la actuación de varias bandas nacionales además de cambiar bruscamente el horario establecido.



Tres días de rock and roll a medias, ya que el cubrimiento del concierto de Judas Priest no me permitió asistir a la jornada del día lunes, por otra parte la inclusión de varias agrupaciones ajenas al género que da nombre al festival como desafortunadamente viene ocurriendo en los últimos años es algo que aburre y preocupa cuando se piensa en la consolidación musical del mismo. Rock al Parque debe ser una ventana para las nuevas propuestas existentes en la ciudad y del resto del país, a su vez un espacio para degustar de las varias tendencias originadas en distintas partes del globo en un género musical sublime que viene haciendo feliz a la humanidad desde hace cincuenta años. A continuación algunas impresiones de lo acontecido aquel gris fin de semana.

SÁBADO 1



Al llegar al Parque Simón Bolívar me encontré con los brasileros Ratos de Porao destripando los oídos de los asistentes con su visceral hardcore. Sensacional ver tantas crestas entre la multitud disfrutando de esos guitarreos veloces al compás de una batería machacante y por encima de todo ello la sofocante voz de João Gordo escupiendo su odio. Menciono lo referente a los punks ya que siento que se les ha apartado del festival, son pocas las bandas orientadas directamente a este estilo las que han participado en sus diferentes entregas. Guste o no, los punks siempre se hacen presentes con su energía y con las ratas del sótano no iba a ser la excepción. Lástima que se halla programado a unas absolutas leyendas mundiales del crossover thrashero en este horario. Primero se les ubicó al cierre del escenario Lago compitiéndole a Carcass para luego pasar a abrirlo, pasando así algo desapercibidos dado que a esa hora no había suficiente gente por allí. Siendo la primera visita de los cariocas lo hicieron muy bien, ojalá vuelvan muy pronto a presentarse y con un sonido tan corrosivo, sí es en un recinto pequeño será aun mejor.



Tras una pausa para almorzar y de paso con estupor comprobar que los precios en la zona de comidas no eran para nada amigables (pagar siete mil pesos por un sándwich frío con coca-cola es algo nefasto), nos encontramos con los caleños Kronos en la tarima del escenario Plaza. Estos veteranos parecían fuera del lugar en el día dedicado a las tendencias fuertes del rock, pero como zorros del escenario que son, supieron sacar provecho de su participación. Una actuación cargada de sentimiento y donde el conjunto repasó su partida carrera musical ante el apoyo de la audiencia que coreó varias de sus canciones. Esto último llama la atención, ya que los más entusiastas con su show eran personas bastante jóvenes y eso que la banda tuvo su gran punto a inicios de los años noventa.



Turno para Awaken, que a mi ver fue de lo mejor de la jornada en cuanto a artistas nacionales se refiere. Buen tiempo ha pasado desde la última vez que asistí a uno de sus toques y definitivamente se nota como la banda ha ganado puntos en su directo con sus temas de metal contundente a la par que melodioso. Tuvieron el plus de fajarse un medley de los tristemente desaparecidos Pantera con una sensacional respuesta de la gente. De nuevo me dirigí al escenario Lago donde No Importa derrochaban poder con sus riffs sacude cráneos. Tengo que reconocerlo, uno tiene estúpidos prejuicios a partir de experiencias que no vienen a lugar, por ello cuando el cartel anuncia a una banda costeña tiendo a pensar que se trata de alguna de esas precarias propuestas de rock-pop radiofórmula con acordeón a bordo. Pero estos barranquilleros practican una grandiosa mezcla de hardcore y metal furioso bien lejano a cualquier aire guapachoso, todo ello enmarcado en una humildad digna de mencionar.



Ethereal propiciaron el vistoso pogo en el Plaza con su metal oscuro y radical. La puesta en escena de la banda fue bastante llamativa, su cantante dio todo de sí y resultó interesante ver como el tecladista se desplazaba con su instrumento por todo el escenario, cambiando ese concepto aburrido de esta posición en las bandas de rock que es estar estático a un lado de la tarima. Tuvieron algunos problemas de sonido, no obstante también fueron bien recibidos, prueba de ello fue cuando realizaron su conocida versión del “Fear Of The Dark” original de Iron Maiden donde invitaron a una cantante a que les acompañase y se echaron al público al bolsillo. Cambio de sonido para echarle un ojo a Heartless en la tarima del Lago, juventud y un oído puesto en las tendencias de vanguardia es lo que tienen estos cinco muchachos que retumbaron con su metal ecléctico y dejes screamo a una excitada masa que les esperaba.



En el mismo lugar espere la salida de Fractal Flesh, pese al exceso de humo la hermosura y gracia de su vocalista brillaron en la tarima después de ver a tanto tipo rudo ese día. Contaron con más tiempo del que esperaban para tocar, sin embargo me dejaron dudas acerca de sus intenciones musicales que van por varias partes sin concretar en una especifica. No obstante, esto a la larga puede ser una ventaja y lo evidente fue la buena energía que ponen sus integrantes para dar un show notable. Momento para pasar de nuevo con rapidez al escenario Plaza y no perderse detalle de la actuación de los melancólicos Paradise Lost en su primera visita al país. Los falsos rumores indicando que el quinteto de Halifax vendrían hace unos años y la abrupta salida de su baterista hace unos meses hacían pensar que nunca los veríamos, pero tras tanto drama su visita resultó maravillosa. Con un grandioso álbum como lo es “In Requiem” bajo el brazo, nos dieron una actuación memorable a su mejor estilo sobrio, doom y envolvente.



El tiempo como siempre ocurre en Rock al Parque fue el gran problema, resumiendo una actuación que tenia como objetivo la celebración de ni más ni menos que los veinte años de fundación de la influyente banda inglesa. Pese a ello, Paradise Lost supo montar un repertorio balanceado de clásicos, temas recientes y alguna sorpresa. Eso sí, pasando por alto sus controversiales álbumes de finales de los años noventa que los ubicaban como una sosa versión de Depeche Mode. Contaron con un muy buen sonido, luciendo compactos, con los guitarristas haciendo un gran trabajo por ambas puntas bajo esos formidables samplers y hasta el cantante Nick Holmes lució más simpático de lo que se puede ver en su último DVD “The Anatomy of Melancholy”. Los que se quedaron aburridos esperando oír gruñidos y verlos saltar por los aires es porque sencillamente no conocen a Paradise Lost en absoluto. Ojala la continua visita de pilares de la música nos haga madurar como público, ya que escuchar coros clamando por la banda posterior solo denotan ignorancia ante un grupo que ha marcado la pauta en el metal internacional.



No veía a Masacre desde que abrieron para Slayer tres años atrás y pocas cosas parecen haber cambiado. Los paisas son incendiarios desde el primer acorde y eso que el sonido de guitarra esta noche dejó que desear; death metal salpicado de referencias a la sangrienta historia nacional que tiene frenéticos fieles por donde se le mire. Dos décadas descargando esta muralla de música extrema a lo largo del país y fuera del mismo no es algo de lo cual cualquier banda nacional pueda ufanarse. Masacre dedicó buena parte del set a sus temas más recordados haciendo mover esas p#$¡% cabezas como el frontman Alex Okendo cariñosamente se refiere a ellas, este señor no será recordado como el vocalista más elocuente del metal, pero su conexión con el público es innegable.



Junto a las sorpresivas y gratas reuniones metálicas del año pasado de los monstruosos Possessed y At The Gates, la de Carcass recaló en nuestro país con una expectativa gigante por parte de los amantes del sonido crudo, estridente y carnicero realizado por el combo de Liverpool. Jeff Walker visitó por segunda ocasión consecutiva el parque Simón Bolívar (hace un año con el alias de El Cynico al servicio de Brujería), demostrando que su cáustica voz se mantiene intacta a la vez que refrescándola a cada tanto con un poco de whiskey. El guitarrista Bill Steer es un personaje de culto que ni el más idealista de los metaleros colombianos pensó alguna vez poder ver por aquí, dio una cátedra completa de ejecución del instrumento junto al pelirrojo Michael Amott, miembro de los sensacionales Arch Enemy. Por su parte el baterista Daniel Erlandsson -también parte de los death melódicos suecos- no defraudó en su labor de reemplazar a Ken Owen quien por desafortunadas razones médicas no pudo ser parte de esta vuelta a la actividad musical.



Pese a su historia y legado Carcass no suenan como un conjunto de músicos que se reunieron con el fin de hacer dinero pese a sus egos y luego desaparecer. Tuvieron un gran sonido que demostró su originalidad, vigencia y carácter que pese a una larga pausa de doce años no se ha difuminado. Cabe anotar que la banda brinda ahora un sonido más técnico y pulido reflejado en los magistrales solos del tándem de guitarristas sumado a una ejecución muy preparada que no da pie a la más mínima improvisación. Cada canción interpretada fue arrolladora, marcando los mejores momentos de su corta pero legendaria carrera. La lluvia caía y aun así nunca nos desenfocó ante semejantes exponentes del death metal más cruento, un fenómeno climático el cual Walker no dudo en recordarle su natal Inglaterra. El tiempo fue insuficiente para tan magna visita, la molestia del vocalista se hizo evidente y es que cuando tienes un marco tan impresionante como el parque Simón Bolívar lleno de gente feliz cortar una actuación que echaba chispas por todas partes fue una verdadera pena.



DOMINGO 2

Mi llegada al parque se hizo bajo un despiadado aguacero del cual solo me pude resguardar cuando ya me hallaba completamente mojado, descubriendo de paso que el festival se encontraba parado debido a las adversas condiciones climáticas. Pasados varios minutos los bogotanos Santafuma salieron a enfrentar el frío en el escenario Plaza y de paso mover a los emparamados asistentes, muchos de los cuales se vinieron corriendo con los primeros acordes desde el inundado escenario Lago, el cual finalmente fue cancelado. Santafuma hace un buen rock and roll sin mayor intensión que hacer pasar un buen rato a punta de percusiones latinas, aires blues y un mensaje positivo tanto en sus líricas urbanas como en los mensajes pacifistas de su vocalista. Acto seguido subieron a tarima Odio a Botero, un grupo que no da cabida a medias tintas: o te gustan o no te gustan y punto. Un corto set de lo que estamos acostumbrados a verles, rock energético saturado de chistes flojos, referencias a lugares comunes y una supuesta indiferencia ante la realidad política. Desafortunada la actitud poco profesional de su manager apareciendo a cada rato en medio de la tarima para pedir que le subieran el audio al micrófono de la cantante ¿acaso ella no podía hacer la seña por sí misma? ¿Realmente aquella voz necesitaba más decibeles para ser advertida?



Las presentaciones de los mexicanos Panteón Rococó y los chilenos Gondwana pusieron a bailar a la plaza de eventos con ska y reggae respectivamente. No quiero ser malinterpretado con esto ya que me considero una persona tolerante hacia las diferentes tendencias musicales, sin embargo como lo mencioné al inició de este escrito, aun no he podido entender la programación de artistas ajenos al rock en un festival llamado Rock al Parque. El reggae, aquel respetable ritmo contemporáneo al rock provisto de una rica cultura con una expansión a escala mundial, pese a las buenas intenciones de los organizadores y la gran acogida de muchos de los asistentes no es ni será nunca rock. Por lo tanto sin ánimos de afrenta, pienso que su lugar esta bien ganado en un festival también distrital como lo es El Rastazo. Si la demanda por este género y otros como el ska es tanta, bien pueden las directivas de dicho evento ampliar la oferta a varios días. Mientras tanto más de uno que vamos por el gusto que la música rock nos despierta quedaremos cruzados de brazos cuando músicos practicantes de géneros caribeños estén tocando en el escenario.



La perversa mezcla del gurú indio Sai Baba y la serie de dibujos animados los Supersónicos han engendrado una banda de rock argentino glamoroso, tentadora y de sonidos que evocan diversas sensaciones. Un grupo que si hacemos a un lado su mediática imagen y sus efectivos radio singles le queda mucho por ofrecer. A Babasónicos se les puede tildar de muchas cosas menos de poco originales, tanto su música y letra gozan de una creatividad inconfundible sumado a un gusto exquisito a la hora interpretarlas en vivo. Su segunda participación en el festival no pretendía recordar sus viejos clásicos sino por el contrario mostrarnos su actual faceta, no obstante el hilo conductor de los bonaerenses compuesto por rock and roll pendenciero y ambientes electrónicos se mantiene y goza de buena salud.



Entonces la lluvia volvió con más furia sobre los gélidos cuerpos y marcando el reloj las nueve de la noche del domingo muchas personas optaron por abandonar el parque, perdiéndose de paso lo que a mi concepto fue la mejor banda de esta edición del festival. La pobre difusión a agrupaciones del talante de Black Rebel Motorcycle Club (un nombre que para varios simuló un trabalenguas) por parte de la radio y la TV nacional consiguió que muy pocos estuvieran al tanto de la categoría del grupo estadounidense encargado de cerrar la jornada. Vestidos con sus chaquetas negras Peter Hayes y Robert Levon Been miembros fundadores figuraron en el escenario junto a la joven baterista Leah Shapiro sin necesidad de apoteósicas intros o juegos de luz multicolor. BRMC es un power trío concebido desde canciones que maravillan por su estructuras sencillas, crudas y gancheras. Las poses y los discursos efusivos fueron suprimidos por una puesta en escena austera y un ambiente intimista donde la buena música era la única protagonista.



Excepcional el trato a la guitarra acústica y la armónica para hacer un guiño a sus influencias sureñas, los cambios de instrumento (bajo y guitarra) entre Peter y Robert a la vez que en el trabajo vocal compartido fue un elemento que enfatizó la cohesión existente entre ellos. Cada tema expuesto no fue otra cosa que estridencia, distorsión y mucho feeling sabiamente canalizado. Con las luces en tarima relampagueando definitivamente este acto no era recomendado para epilépticos. Desde estas líneas aplaudo a los organizadores de Rock al Parque por apostar por una banda de autentico rock and roll básico, un referente de esta década con una clara visión de los fundamentos del genero. Durante poco menos de una hora los californianos nos hicieron olvidar la lluvia y la baja temperatura, cobijándonos de todo aquello con su rock potente que atesora las raíces del género y donde el único temor fue que un rayo nos partiera con tanta electricidad en el ambiente.

Por: Alejandro Bonilla Carvajal
Fotos: Isabel Orjuela

Fotos Rock al Parque - Día 1: http://www.rockombia.org/gallery/conciertos/2008/rockalparquedia1/

Fotos Rock al Parque - Día 2: http://www.rockombia.org/gallery/conciertos/2008/rockalparquedia2/