Así nos gozamos el Jamming Summer Fest 2018

Una jungla de emociones, diversidad cultural y buena música.

Y al fin llegó el día más esperado por muchos, la segunda edición del Jamming Summer Fest trajo consigo un imponente cartel representando lo mejor del reggae, dancehall y distintas vertientes afro rítmicas del mundo con todo su extenso colorido sonoro.

Además deslumbrante line-up compuesto por espectáculos provenientes de todas las latitudes que sumergieron al público en una inolvidable experiencia durante 18 horas, el festival también contó con espacios alternativos dedicados a la gastronomía, el arte, la práctica deportiva y la cultura.

Como ya es costumbre y cabe resaltar, es la fidelidad del multitudinario público del Jamming que nuevamente cumplió la cita y esta vez fueron cerca de 15 mil almas que vibraron de felicidad junto a cada uno de los 16 artistas que dejaron la piel durante sus presentaciones ganándose merecidamente cada aplauso, grito y ovación del exigente público que disfrutó de este maratónico festival desde las 10 de la mañana del domingo 14 de octubre y no pararon sino hasta cuando se asomó el sol a las 6am del lunes festivo.

Así como hace 1 año, el escenario fue el mismo, el Hotel Paraíso Estudio ubicado en el cálido municipio de Ricaurte, Cundinamarca (Vía Girardot, Agua de Dios, Km 2), allí todos empezaron a llegar, algunos muy madrugadores esperaron con ansias frente al lugar a que se diera inicio.

Para esta ocasión el encargado de abrir el evento fue Nonpalidece, la gran agrupación argentina que cumple 22 años de carrera musical, desde 1996 irrumpiendo en la escena de reggae roots y que para el año 2000 grabó su primer disco de la mano de su fundador Néstor Ramljak, el cual apuesta por la riqueza espiritual y el respeto por la naturaleza en cada una de sus letras.

Una hora después, el turno fue para Alika, la cantante uruguaya nacionalizada argentina y representando a las mujeres del Summer, nos brindó un show de grandísimo nivel interpretando algunos de sus clásicos temas como “El rugido del León “, “Costumbre de matar”, “Ejército despierta” y “Levántate y pelea”.

Ya para cerrar la calurosa tarde e ir calentado motores de lo que se venía, apareció en tarima Larry Rada, más conocido como Apache, ícono del rap venezolano con casi 20 años de trayectoria y los mejores clásicos del reggae en español y dancehall a cargo de Hey Swagga, El Roockie y Aldo Ranks.

Pasadas las 5pm, fue el turno de dos representantes del reggae y dancehall jamaiquino; Busy Signal, quien nos hizo un recorrido por cada uno de sus hits en una espléndida presentación y Konshens que puso a bailar a todos con su música y puesta en escena llena de energía en algunos de sus nuevos tracks como “Turn me on” y “Hard drive”.

Caía la noche en el hotel y a la tarima del festival aparecía con un show de luces y sonido bestial Walshy Fire, uno de los Djs de Major Lazer y quien adelantó su presentación debido a los retrasos en los vuelos hacía Colombia de Los Caligaris y Zona Ganjah.

El cambio de horarios en algunas presentaciones también fue para Systema Solar, colectivo músico-visual de la región caribe de Colombia. Esto no fue excusa para que su presentación fuera una de las mejores de la noche en la voz de Jhon Primera e Índigo, sus dos vocalistas que llenaron de color y sabor el festival con éxitos como “Rumbera”, “Yo voy ganao”, “Quién es el patrón “, “Mi Kolombia” y “El botón del pantalón”, simplemente un show espectacular.

Más tarde en la noche se escucharon canciones como “Alms House”, “Tour” y “Wings Of The Morning”, sí señores, se trataba de Capleton, conocido también como “King Shango”, un increíble artista que combina a la perfección el dancehall moderno con el buen sonido Roots Reggae, haciendo vibrar y saltar a todos los presentes.

Y si hablamos de las mejores presentaciones que pudimos presenciar, no podemos dejar de lado a la majestuosa interpretación que realizó una de las bandas precursoras del reggae de habla hispana y con una fuerte influencia de reggae roots; Los Cafres.

En 2018 lanzaron su disco ‘Alas Canciones’ después de sacar un álbum de lujo en conmemoración de 25 años de música. Desde ‘Tus Ojos’ hasta ‘Sé que el mar’, la agrupación argentina llegó al Jamming Summer Fest, bajo el liderato de Guillermo Bonetto y más de dos décadas de presencia en la escena latinoamericana.

Tampoco podía faltar un viejo conocido y casi habitual en festivales; Morodo. “El hip hop es cultura, no un negocio”. “Hip hop es Sparta”, frases de este cantante español que fusiona el hip hop a su música, tomando como base el reggae.

“Tú Eres Como el Fuego”, “Yo Me Pregunto”, “Babilonia”, “Divina ciencia” entre sus canciones más clásicas que, de fondo, se fortalecen con temáticas en contra del sistema y que se cantaron a una sola voz por todo el público presente.

Unos minutos después, desde Jamaica llegó una de las leyendas del dancehall. Celebrando casi 50 años de carrera musical, Barrington Levy hizo historia en la tarima del Summer Fest compartiendo éxitos como “Here I come”, “Black Roses”, “Be Strong” y “Murderer”.

En la penúltima presentación del festival, hizo aparición en escena la banda oriunda de Córdoba, Argentina, Los Caligaris, con su particular “Espíritu Payaso”. Liderada por Martín Pampiglione y Juan Carlos Taleb, fusionan diversos géneros musicales desde el rock hasta el ska y que le suman a su propuesta un innovador estilo de canciones donde desarrollan rutinas circenses en el medio de su show, que fue increíble de por sí.

El cierre del Summer lo realizó la agrupación chilena de reggae Zona Ganjah, de la mano de su creador y líder José Gahona quien desde el 2003 compone canciones que contienen un sentido espiritual y social con mensajes de conciencia hacia la naturaleza y hacia la esencia del ser. Su magnífica voz nos deleitó con temas como “Vibra Positiva”, “De la tierra crece”, “No estés triste” y “Fumando vamos a casa”.

En conclusión, el Jamming Summer Festival 2018 hizo posible disfrutar de un maravilloso espectáculo al aire libre, creado para promover y conservar la cultura One Love, cultivada desde siempre, en un ambiente familiar, con integración, inclusión, pluralidad, respeto, convivencia, solidaridad, tolerancia y cuidado por el medio ambiente.

Fue un verdadero oasis musical para los asiduos amantes de estilos poco expuestos como el reggae, dance hall, ska, hip hop, rap, salsa o el afro-beat. Su impacto social también se ve reflejado en el notable impulso a la industria del entretenimiento, que beneficia directamente a los artistas, músicos, promotores, patrocinadores, técnicos, vendedores, etc.

Reseña por Julián Andrés Rubio - Foto por Camila Castaño
Bogotá, Colombia.