El fin de semana entre el 27 y 29 de Agosto se vivió en Bogotá una fiesta dedicada a la música independiente, a la búsqueda de nuevos sonidos y de el triunfo de los que trabajan día a día creyendo únicamente en si mismos. Estoy hablando del Festival Hermoso Ruido.
El ambiente nocturno, los espectadores, los colores y las luces de la ciudad fueron el complemento perfecto a la mezcla de diferentes sonidos y tendencias musicales provenientes de las más diversas partes del mundo, quienes se unieron a los locales, en una muestra de integración cultural que no dejó de sorprender a todos y cada uno de los asistentes al evento.
Una de las características más especiales es el tener un formato comparable con otros festivales internacionales como el South by Southwest de Austin, Texas, permitiendo a aquellos que estuvieron presentes el tener un abanico de diversas opciones como 15 escenarios diferentes repartidos por toda la ciudad con 43 propuestas diferentes, de las cuales 28 fueron actos de la escena nacional independiente y los 16 artistas restantes fueron la cuota internacional. Es sin duda un tributo a la diversidad. A la búsqueda de lo diferente, novedoso y excitante. Sonidos experimentales para unos. Sonidos ya conocidos para otros. Estas son las piezas fundamentales para armar el rompecabezas sonoro que es el FHR.
De los tres días, puedo destacar la presentación de la agrupación bogotana Oh'Laville. Desde 2012 han empezado a verse como una banda emergente en el sonido Indie de la capital. Se estuvieron presentando el Jueves 27 en Armando Music el Hall y con un sonido feroz, enérgico y honesto, acompañado de la profunda voz de su líder Mateo Paris, generan reacciones químicas naturales con su novedosa e interesante atmósfera noise-folky, conmoviendo a quien los escucha, con canciones como "Cielo" o "Llévame". Esa misma noche, con guitarras densas y reverberadas subió al escenario Árbol de Ojos, quienes llevan un recorrido aún más amplio en la escena independiente local. Su público saltó con canciones como "R.R.O.Z.A", "Ahí Vienen" y la cadenciosa "Amor a la Woody" y presentaron algunas canciones de lo que será su próximo trabajo discográfico.
El Sábado pude escuchar de nuevo a Telebit. Definitivamente han pasado por un proceso evolutivo no solo en la estética de la banda, sino en algunos aspectos técnicos, manejo de público y que además se ve reflejado en la creación de una música mucho más natural y orgánica, incluso con su habitual uso de elementos digitales. Desde Chile, hizo presencia el ecléctico trio Miss Garrison, quienes sin duda fueron la propuesta más original e impactantes que tuve el placer de experimentar. Su carismática cantante Francisca Straube no dejó de hacerme pensar en un choque caótico de Patti Smith, Portishead, Deep Dish e incluso con algunos destellos de Björk. Tambores estridentes, EDM intenso y una voz estremecedora, aunados a los recursos sonoros de sus acompañantes Tomás y Matías, hicieron a Miss Garrison mi banda favorita del festival.
Con propuestas musicales difícilmente encasillables, se puede apreciar también el aporte de el espectador al tener una actitud de curiosidad frente a el artista desconocido en un escenario frente a otros desconocidos. El tener un sistema en el que el hecho de querer escuchar determinada banda o artista implicaba el "tener" que escuchar a los actos predecesores, en la mayoría de los casos tenía un resultado positivo en la reacción de los espectadores. El aplauso generalizado es la mayor evidencia del éxito del Festival.
Con cada una de sus versiones, el Festival Hermoso Ruido gana cada vez más adeptos y fuerza. Solo podemos esperar que siga siendo fiel a sus principios y que continúe siendo un referente del apoyo a la cultura independiente en el país.
Reseña por David Salgado
Fotos por Viviana Saavedra
El ambiente nocturno, los espectadores, los colores y las luces de la ciudad fueron el complemento perfecto a la mezcla de diferentes sonidos y tendencias musicales provenientes de las más diversas partes del mundo, quienes se unieron a los locales, en una muestra de integración cultural que no dejó de sorprender a todos y cada uno de los asistentes al evento.
Una de las características más especiales es el tener un formato comparable con otros festivales internacionales como el South by Southwest de Austin, Texas, permitiendo a aquellos que estuvieron presentes el tener un abanico de diversas opciones como 15 escenarios diferentes repartidos por toda la ciudad con 43 propuestas diferentes, de las cuales 28 fueron actos de la escena nacional independiente y los 16 artistas restantes fueron la cuota internacional. Es sin duda un tributo a la diversidad. A la búsqueda de lo diferente, novedoso y excitante. Sonidos experimentales para unos. Sonidos ya conocidos para otros. Estas son las piezas fundamentales para armar el rompecabezas sonoro que es el FHR.
De los tres días, puedo destacar la presentación de la agrupación bogotana Oh'Laville. Desde 2012 han empezado a verse como una banda emergente en el sonido Indie de la capital. Se estuvieron presentando el Jueves 27 en Armando Music el Hall y con un sonido feroz, enérgico y honesto, acompañado de la profunda voz de su líder Mateo Paris, generan reacciones químicas naturales con su novedosa e interesante atmósfera noise-folky, conmoviendo a quien los escucha, con canciones como "Cielo" o "Llévame". Esa misma noche, con guitarras densas y reverberadas subió al escenario Árbol de Ojos, quienes llevan un recorrido aún más amplio en la escena independiente local. Su público saltó con canciones como "R.R.O.Z.A", "Ahí Vienen" y la cadenciosa "Amor a la Woody" y presentaron algunas canciones de lo que será su próximo trabajo discográfico.
El Sábado pude escuchar de nuevo a Telebit. Definitivamente han pasado por un proceso evolutivo no solo en la estética de la banda, sino en algunos aspectos técnicos, manejo de público y que además se ve reflejado en la creación de una música mucho más natural y orgánica, incluso con su habitual uso de elementos digitales. Desde Chile, hizo presencia el ecléctico trio Miss Garrison, quienes sin duda fueron la propuesta más original e impactantes que tuve el placer de experimentar. Su carismática cantante Francisca Straube no dejó de hacerme pensar en un choque caótico de Patti Smith, Portishead, Deep Dish e incluso con algunos destellos de Björk. Tambores estridentes, EDM intenso y una voz estremecedora, aunados a los recursos sonoros de sus acompañantes Tomás y Matías, hicieron a Miss Garrison mi banda favorita del festival.
Con propuestas musicales difícilmente encasillables, se puede apreciar también el aporte de el espectador al tener una actitud de curiosidad frente a el artista desconocido en un escenario frente a otros desconocidos. El tener un sistema en el que el hecho de querer escuchar determinada banda o artista implicaba el "tener" que escuchar a los actos predecesores, en la mayoría de los casos tenía un resultado positivo en la reacción de los espectadores. El aplauso generalizado es la mayor evidencia del éxito del Festival.
Con cada una de sus versiones, el Festival Hermoso Ruido gana cada vez más adeptos y fuerza. Solo podemos esperar que siga siendo fiel a sus principios y que continúe siendo un referente del apoyo a la cultura independiente en el país.
Reseña por David Salgado
Fotos por Viviana Saavedra