Reseña: Los Cafres en el Castillo Marroquín

Poco menos de un año transcurrió desde la última presentación de la banda de reggae roots Los Cafres en la capital. La ocasión: El Festival Rock al Parque 2015. Bajo un sol inclemente y ante casi 35.000 personas, el conjunto liderado por Guillermo Bonetto entregó a los asistentes un show enérgico, conmovedor e inolvidable. Es tal vez por esta razón que los asistentes al concierto del pasado 13 de Mayo al Castillo Marroquín no tuvieron el más mínimo problema con el frío ni la distancia tan característica de esta locación.

Uno de los actos más importantes de la noche, Monsieur Periné se subió al escenario, en medio del fragor de un efusivo público. Con poderosos elementos visuales, una técnica impecable y una potente puesta en escena, Catalina García demostró la evolución y el gran momento artístico por el que está pasando la banda en general. La versatilidad y variedad de recursos utilizados por los músicos en el escenario quedó ampliamente demostrada al traer elementos nunca antes vistos en la interpretación de sus canciones más conocidas: Bossa Nova con "Tu M"as Promis"; "Mi Libertad" suena a furiosa protesta andina y su inconfundible swing se hace presente con "La Muerte" o "Suin Romanticón". En medió de una cálida despedida, Monsieur Periné se retiró del escenario dejando un dulce sabor de boca en todos los asistentes.

El intermedio estuvo a cargo de un sabroso e inusual DJ Set que logró calmar provisionalmente el afán de un público cada vez más ansioso.

Las luces y pantallas se apagaron y lo contrario ocurrió con el público, quien se encendió en euforia. Los bonaerenses se subieron al escenario paulatinamente hasta llegar a Guillermo, saludando a su fiel público bogotano acompañado de un vistoso drone que en todo momento recorrió cada rincón de la carpa.

El show de Los Cafres estuvo caracterizado por un derroche de habilidades individuales y conjuntas: los silencios, contratiempos y las libertades que la agrupación se dio el lujo de tomarse se vieron en la interpretación de sus más importantes canciones: "Dreadlocks" sonó hipnótica, al igual que "El Romano". "Kaos" invitaba a los concurrentes a cantar. "Kaos en la tierra.... paz, una moneda... un plástico cubre el sol y el corazón sólo ve plástico".

La carismática figura de Bonetto se movía libremente por el escenario, armonizando por ratos, cantando en otros y en freestyle en los restantes. Con su arrolladora personalidad, llegaba él más fácil a su concurrencia que el colorido y llamativo drone.

"Aire" y "Tus Ojos" fueron canciones en las que los espectadores lograron apreciar la calidad técnica de la banda: "La foto de Zapata", una canción raramente tocada en vivo, sonó para la sorpresa en propios y extraños. "Momento", tal vez uno de las canciones más esperadas en la noche, invitaba a bailar, cerrando los ojos y disfrutar de precisamente eso, un momento y olvidar todo lo demás. De nuevo, fueron interpretaciones cargadas de alteraciones rítmicas gratamente recibidas. Los abundantes destellos en funk, ska, dub, dancehall y raggamuffin pusieron en evidencia la riqueza en recursos y elementos sonoros que alimentan constantemente el sonido de la banda.

25 años de recorrido musical no llegan en vano: En esta ocasión, Los Cafres probaron con creces el porque son la banda más importante del reggae en el continente latinoamericano. Los bogotanos también demostraron ese especial cariño que solo se le brinda a esas agrupaciones únicas en su género. El frío y la distancia es lo de menos.

Reseña por David Salgado
Fotos por Ricardo Cepeda