Reseña Manizales Grita Rock 2009

MANIZALES GRITA ROCK 2009
Manizales, Ecoparque Los Yarumos
Viernes 14, sábado 15 y domingo 16 de agosto del 2009

ROCK ENTRE MONTAÑAS

El afamado festival Rock al Parque cumplió recientemente quince años de brindar música a la capital colombiana; más allá de servir de vitrina para innumerables artistas nacionales y foráneos, los tres lustros de su existencia han generado por impacto que otras ciudades se sumen a la gesta de abrir espacios al rock a fin que todos los públicos se unan y disfruten gratuitamente de eventos masivos. Un acierto, teniendo presente la exagerada difusión de la que gozan otros géneros musicales prefabricados, triviales y pasajeros en estas sufridas tierras. Por ello siempre resultará grato encontrarse con propuestas como Altavoz en Medellín, el Cali Underground, Ibague Ciudad Rock o la que nos ocupa en las siguientes líneas: Manizales Grita Rock.

El Eje Cafetero es bien conocido por su movimiento rockero desde hace años y su festival no podía estar por debajo de las expectativas de su gente y los visitantes. Citados en un bellísimo parque ecológico y con las impresionantes montañas que forjan la ciudad como marco, llegamos a la cuarta edición del evento que cada año viene superando su cártel, acogida y nombre más allá de la capital caldense. Convengamos que durante tres días tocaron ante un público apasionado y culto 23 bandas nacionales y 3 extranjeras en tendencias como el punk, hardcore, metal, fusión y blues. Actuaciones que contaron con una calidad de sonido excepcional y una puesta en escena dotada de recursos técnicos sin nada que envidiar a festividades más sonadas.

Siempre considerando a la experiencia de apreciar en directo a un artista como la única realidad acerca de sus capacidades musicales y la importancia de descentralizar los conciertos para así generar movimientos sólidos en el país, Rockombia se hizo presente durante dos de los tres días de este festival. Agradecemos al personal de la organización por su calidez y consideración para con este medio, todo ello con el objetivo de reseñar a ustedes porque Manizales verdaderamente grita ¡rock!

SÁBADO 15

A media tarde en las puertas del Ecoparque Los Yarumos se aglomeraron gran cantidad de individuos provistos de exuberantes crestas, jeans roídos y botas militares. Metros arriba de la montaña aguardaba un jugoso cartel para dichos adeptos al sonido de elementales acordes y líricas corrosivas. El festival se lleva a cabo en una plazoleta cubierta con capacidad para dos mil quinientas personas, para acceder a la misma es necesario subir por una carretera empinada, si no se contaba con un vehiculo para dicho propósito el paso firme y unos buenos pulmones serian claves para alcanzar la meta.

El ambiente festivo del público ingresando al parque estuvo acompañado por la serenidad que produce no ver extensas filas de gente aglomerada y desesperada por entrar, mientras policías montados a caballo exacerban los ánimos y como premio tanquetas antimotines esperan dichosas a los más revolucionados. Nada de esto vimos en este fiesta del rock, personas con variopintas estéticas departían entre los cambios de bandas y el pogo, aquel elemento fundamental de esta clase de shows, pese a lo caliente nunca fue malintencionado. Por demás, una agradable cafetería ofrecía comestibles a precios asequibles y los baños eran dignos, como los que se pueden hallar en cualquier centro comercial y no aquellas hediondas cajas portátiles verdosas. Tras echar un ojo a las tiendas de merchandising estábamos listos para oír las guitarras rugir.

Las capitalinas MANIATIKATZ ya se encontraban mostrando sus uñas en la tarima ante miradas curiosas y a las vez sedientas de acción en el foso. Sin atisbos de temor escénico la joven agrupación compuesta por tres chicas y un baterista vertieron en los oídos paisas su punk básico y entretenido. La vocalista Paola Urueña se movía de un lado al otro buscando conectar con el hasta ese punto retraído público y sobre los dos últimos temas lo consiguió generando así un buen ciclón humano. No están inventando la rueda, pero tienen bien claro su sonido y eso cuenta sobremanera. A continuación llegarían los legendarios DEXKONCIERTO desde Medellín para aturdirnos con su música cruda y sin pelos en la lengua. Pese a que su cantante Volketto no parecía encontrarse en plenas facultades motrices, no se le escapaba una silaba de odio para acompañar aquellos riffs de raigambre punk-core propios del entrañable sonido de las bandas paisas de finales de los años 80. La acción nunca más se detendría en la plazoleta hasta cerrada la jornada.



NOTOKEN llegados tras varias horas de andar por la carretera desde Guayaquil tendrían su recompensa al encontrarse con una audiencia hirviente y que les acompaño incondicionalmente a lo largo de su potente actuación. Su discurso se centra en la estupidez de los mandatarios que buscan extraer hasta el último centavo del pueblo y gastarlo en viles guerras. Con el ambiente caldeado entre los tricolores del norte sudamericano por la arrogancia y los trastornos mentales presidenciales, su show semejaba una clase de ciencias políticas a ritmo de buen hardcore. Los devotos a la vieja escuela de N.Y. estuvieron en hora buena, aunque en mi concepto tuvieron más tiempo del necesitado y al final su repertorio sonaba algo cansino.



Han transcurrido diez años de ver esporádicamente a NADIE y su evolución es mayúscula. De ser un combo punk genérico con un singular saxofón a bordo han pasado a convertirse en un power trío infalible. Liderados por la guitarra e inconfundible garganta de Julian Velásquez desplegaron sus certeras composiciones dedicadas al dolor, la traición, el vicio y los juegos de la vida misma ante sus eufóricos seguidores. Estribillos que entran a la primera sustentados por un base rítmica como roble, dan paso al vértigo sonoro que no permite más etiquetas que puro y sucio rock and roll. NADIE continúan subiendo su prestigio, huérfanos de temillas radiables sobre frustraciones amorosas propias de la edad del acne por un sonido amplio, pulido y discordante con su nombre; estos tipos son “alguien” inimitable.



¿Han visto a los cocodrilos sacudirse en el agua al atragantarse con su victima? Algo similar aconteció cuando a las ávidas cabezas escucharon los himnos al pogo emitidos por LA PESTILENCIA tras una ausencia de muchos años por tierras manizalitas. Los ahora afincados en la soleada California conocen de sobra el oficio de mover a las masas y esta noche hicieron estremecer hasta al más mesurado escucha. Buen momento, al cruzarse este festival con la gira de conmemoración de los veinte años de carrera musical del a veces cuarteto y como en esta presentación quinteto. Brindaron sus populares canciones extraídas de cada uno de sus álbumes, conjugadas con elocuentes disertaciones por parte del frontman Dilson Díaz. Si el pasado de LA PESTILENCIA es ilustre su presente es magistral, aun hay cuerda para rato y si el grupo es inteligente en volver a la crudeza del sonido 1997-2001 con la técnica actual, cualquier otra banda pesada nacional tendrá que sudar la gota gorda para emularles.

DOMINGO 16

El cielo encapotado y la pertinaz lluvia amenazaban una baja asistencia para el día de clausura del evento musical. Nada más errado, el tedioso clima no resultó una excusa para que los miles de metaleros cafeteros evitaran asomarse para su festividad. Afortunadamente el lugar cuenta con un techo que garantiza disfrutar de la música sin correr el riesgo de terminar resfriado, por lo tanto el único drama era alcanzar la cima de la montaña para ver en acción a ocho agrupaciones de sonido extremo. Tomamos lugar en la cómoda zona de prensa que finalmente es solo eso: un pequeño espacio entre las vallas de seguridad para que los fotógrafos capturen buenas instantáneas y mirar sin “agitaciones” el proceder de los grupos. Acá a diferencia de otros célebres festivales no demandan 1000 metros cuadrados para la farándula, los patos y los lagartos.

Había recibido muy buenas referencias de los bogotanos THUNDERBLAST, su música goza de buena calidad y lo más importante poseen talento. Se hallaron con unos espectadores algo reservados pero muy receptivos a su interesante propuesta. Sin embargo los minutos corrían y la estática de sus integrantes en tarima me resultó insoportable. Por el contrario la garganta de Felipe Machado se destaca y estuvo en su punto, el frontman denotó entrega física y un trabajo vocal vigoroso para nada distante del disponible en el MySpace del grupo. Se la jugaron al “jukebox” rindiendo certeros homenajes a Metallica, Megadeth e Iron Maiden con lo cual se echaron a todos al bolsillo. Una banda que pese a no estar en su mejor tarde en cuanto a puesta en escena no se les debe perder la pista.



Medellín volvía a colocar un grandioso exponente de su música en cabeza de los demoledores ATHANATOR, banda experimentada y por lo visto con un sector de la gente que asistía solo por verles en vivo. No defraudaron en su extensa presentación (tocaron algún tema que no tenían planeado) cargada de voraz thrash y aires death metaleros generando flamas humanas en el parque. Bien dicen que la experiencia no se improvisa, por ello fueron cayendo una a una sus brutales composiciones procedentes de dos décadas de carrera con una respuesta sobrecogedora, al punto de generarse un concurrido pogo exclusivamente femenino para el asombro hasta de los músicos. Con la noche ya encima, el cuarteto se la jugó también por versionar a Metallica y a la postre se marcharon con honores prometiendo merecido retorno.

Venezuela es un país que no se encuentra muy bien ponderado por aquí. Dicha observación no alude a los conflictos políticos causados por su controvertido presidente sino a la cantidad de lamentables agrupaciones que nos han visitado desde allí en los últimos años. Propuestas musicales flojas, proclives a los ritmos tropicales y la victoria radiofónica son por lo general las cartas del hermano país en festivales y shows privados. KRUEGER es por el contario la faceta más enfermiza, macabra y visceral que haya escuchado desde las tierras petroleras y a Manizales vinieron con el propósito de corromper oídos con death metal mordaz. Dotados de una técnica sorprendente fueron inyectando ponzoñosos temas de líricas procaces plenamente explicadas por su vocalista, un demente que parecía sacado de la más sanguinolenta película de serie B. Los patriotas se llevaron todas las palmas y sonrisas que quisieron al cierre de su obscena presentación. Sin duda todo un hit de la organización del festival.



Originalmente los black metaleros del Sunset Strip (¿como demonios puede sonar esto?) SOTHIS estaban planillados para culminar el festival, no obstante problemas de último momento imposibilitaron su presencia. El recambio fue por los violentos INCANTATION originarios de Pennsylvania. Un trío de death metal neto con una proyección profunda y orgánica en las cuerdas y excelso trabajo en los tambores. Fueron recibidos calurosamente pero pronto la plazoleta fue perdiendo asistentes como la banda chispa en la tarima. La actuación de los norteamericanos no desmereció, sencillamente la comunicación con la gente fue nula y a diferencia de sus predecesores sonaron bastante planos. Pero no todo fue malo, los presentes acompañaron aquellas letras blasfemas con sus gruñidos y cuernos en el aire, algo que debió gratificar a los estadounidenses porque se despidieron dos veces y regresaron a tarima dos veces. Finalmente INCANTATION tuvieron revancha de algún infame estafador que años atrás les “contrato” para un par se shows y se escapó sin pagarles sus servicios.



De esta manera Manizales Grita Rock bajó el telón en su edición 2009, como debe ser, con rock potente y no con luminarias de la balada pop. Impresionante muestra de cultura, civismo y amor por un género que ha demostrado con creces su valía en este país. El reto cada vez es más alto para los organizadores, no obstante tras ser testigo de su profesionalidad muy seguramente más buenas nuevas nos traiga este festival en el futuro. Manizales cuenta con un espacio que se hace fundamental ser reconocido por el público de otras ciudades, no soy agente de viajes ni pretendo vender nada, tan solo acá es difícil sentirse ajeno. Gran experiencia, hora se subirse en las ruedas y bajar de estas maravillosas montañas. Nos vemos en el 2010.

Alejandro Bonilla Carvajal
Fotografías y agradecimientos especiales: Diana Marin