Reseña Scorpions & Cinderella en Colombia

SCORPIONS
CINDERELLA
AKASH
SUPREMACY

Bogotá, Parque Metropolitano Simón Bolívar
Jueves 9 de septiembre del 2010

UN SOBERBIO ¡HASTA LUEGO!

El primer y último show de Scorpions en Colombia será recordado como una autentica demostración de la fuerza, vitalidad, y belleza que dotan el legado del rock and roll. Rompiendo cuatro décadas de excelsa carrera, nos fueron conmovedoramente resumidas por parte de los germanos en casi dos horas de palpitante actuación. A su vez, la anunciada gira de despedida de tan legendarios músicos resultó aderezada por la placentera visita de unos ídolos de los estrafalarios años 80: Cinderella. La dupla lejos de caer en la nostalgia barata o en la caricatura de sus años juveniles, ostentó las virtudes en directo que solo otorgan la experiencia y el talento.



Infortunadamente en este comentario pasaremos por alto las actuaciones de los conjuntos nacionales Akash y Supremacy. El lento proceso de ingreso al vasto personal de prensa que suele concurrir a este tipo de publicitados eventos nos impidió presenciar su desarrollo en tarima. Pese a su ausencia en estas líneas, buenos comentarios y respeto por parte de los asistentes reconfortan entorno a su participación.

Para la cita se dispuso un gran montaje escénico de sonido, luces y pantallas. La amplia tarima se vio enriquecida por una pasarela que dio mayor proximidad a los artistas con sus seguidores. Una enorme pantalla LED escoltó las acciones de los músicos, auxiliada por dos laterales que permitieron que las últimas filas de espectadores no perdieran detalle. Todo lo anterior junto a un colorido arsenal de luces. En síntesis, los elementos que un verdadero show de rock merece.

El lunar de la organización fue la controvertida puesta de las localidades. De tres ubicaciones previamente establecidas, los defraudados asistentes a Platino (la entrada más costosa) tuvieron que apreciar solo dos. Es decir, que su privilegiado espacio tuvo que ser compartido con quienes adquirieron la boleta VIP (entrada de precio mediano). Es comprensible que en el arduo cometido de promoción y venta de tickets los empresarios no hayan obtenido los resultados esperados con la localidad de precio medio. Lo que resulta irrespetuoso con los espectadores es no informar anticipadamente que dicha ubicación sería anulada a cambio de indicar que estaba “agotada”. De haberse hecho lo primero, estoy seguro que más gente se hubiera animado a adquirir la boleta general por la cercanía al escenario. Pese a este desatino, todos los ubicados en la parte delantera gozaron del espectáculo con comodidad y buena visibilidad. Examinemos ahora la función.

LA VOZ SOBREVIVIENTE
Para comprender el impacto que representaron los años ochenta en su pintoresco discurso musical se hace necesario tocar a Cinderella. Mientras algunos malhumorados miran con desden a este tipo de bandas, parándose más en su peinado que en sus canciones, la realidad con los de Filadelfia es que su corta pero jugosa trayectoria discográfica bien merece la pena. Orientados a estrechar el hard rock con las raíces blues, ofrecieron cosas diferentes al saturado estereotipo que a menudo se recuerda en tantas estrafalarias bandas.



Alrededor de las 6 y 30 de la tarde los dirigidos por Tom Keifer saltaron a escena con la histeria colectiva entregando un buen presagio. “Second Wind” del segundo disco publicado por la banda, “Long Cold Winter” dio la partida y de inmediato la hiriente y aguardentosa garganta de Keifer destacó en el ambiente. Tras varias operaciones a consecuencia de nódulos en su garganta y tener que reiniciar el proceso de aprendizaje de canto como fuere que parte de sus cuerdas vocales se paralizaran, esta prodigiosa voz es una sobreviviente, resultando tan atractiva y especial como la del mismísimo Brian Johnson de AC/DC.

A continuación entramos al célebre disco “Night Songs”, sin temor a equivocarme el trabajo más conciso de su catalogo. “Somebody Save Me” sacudió a los asistentes con todo su gancho y sin mayores antesalas pasaron a “Last Mile”, otra composición provista de armonías cautivantes. Keifer hizo las delicias con el slide en “Bad Seamstress Blues/Fallin´Apart at the Seams” elevando las palmas de los presentes mientras los aires sureños acariciaban los dispuestos oídos.



“Tengo una canción acerca de un tren, una chica y un amor que se va…” dijo el frontman para despacharse “Heartbreak Station”. La parte melosa de la presentación proseguiría con los guitarristas empuñando sus acústica para dar forma a la archifamosa “Coming Home”, muchos celulares y uno que otro encendedor brillaron en la oscuridad. El veterano guitarrista Jeff LaBar continuó cautivando al público con ese exquisito blues rock que inyecta “Shelter Me”, aunque la interpretación fue esplendida se echó de menos que el saxofón de Keifer nunca se lograra escuchar. Llegaría una de las más esperadas de los hard rockeros, la power ballad “Nobody's Fool”, sonando aquí tan dramática e intensa como bien se le ha conocido tras miles de escuchas en la radio.

La algarabía retornaría con los saltos y coros del público en la pegadiza “Gypsy Road”. Y ya con la masa entregada a sus pies Keifer abordaría los teclados para entregar la obligatoria “Don't Know What You Got (Till It's Gone)”, brazos en alto meciéndose y una que otra parejita entregada al besuqueo. El colofón tendría dinamita pura a cargo de “Skake Me”, un tema que bien define la fuerza y colorido de los entrañables años en que fue compuesta.



El aporte de Cinderella a esta esplendida noche fue calurosamente recibido. Por demás representa un lujo que solo nos pudimos dar los colombianos ya que la banda no acompañó a Scorpions en ninguna otra de sus fechas del periplo latinoamericano. El grupo reitero, defiende su legado sobre las tablas con creces. Por más que su estilo haya sido ninguneado en la siguiente década a su explosión, estas canciones y la particular interpretación se mantienen más que vigentes.

EL PLACENTERO AGUIJONAZO

Quien iba a pensar que tras tantos años de incombustible carrera los alemanes Scorpions sellarían todos esos fulgurantes conciertos, pulidos álbumes y una pila de canciones clásicas para la historia del rock con una gira de despedida que recalaría en nuestro país. Pero más sorprendente aun resulta el hecho de que lo hagan en tan buen momento. Sus tres últimas producciones de estudio, “Unbreakable”, “Humanity: Hour I” y “Sting In The Tail” lanzado algunos meses atrás, corroboran el formidable estado compositivo del quinteto.

Un día antes de este show, en rueda de prensa el vocalista Klaus Meine se refirió a la importancia de dejar las cosas bien en alto al final de este prolongado trayecto musical. Nadie puede discutir sus palabras, este negocio está abarrotado de biografías culminadas con muertes prematuras, disputas irreconciliables, estruendosos fracasos y perenne olvido. Por lo tanto, la partida de los de Hannover por encima de la melancolía deja un dulce sabor a quienes han seguido sus firmes pasos.



Hacia a las 8 y media de la noche el deseado espectáculo se abrió paso con unas bellas imágenes en blanco y negro proyectadas en la gran pantalla. Aquellas correspondían a la participación de Scorpions en el mítico US Festival llevado a cabo en San Bernardino, California en 1983 ante una audiencia sedienta de buena música. Del flash del pasado brincamos al presente con la banda emergiendo triunfante en tarima para el corte que da nombre a su más reciente creación “Sting In The Tail”. Una vez acomodados y con todos los ojos encima se desprendieron “Make it Real” y “Bad Boys Running Wild”. En ese punto el que no hubiera entrado en calor es porque sencillamente estaba sordo.

La fastuosa “The Zoo” fue la próxima, Meine camina a un costado del escenario y se despoja de sus lentes oscuros para contemplar como la audiencia sacude la cabeza a la par que las guitarras de Matthias Jabs y Rudolf Schenker martillan. Las relampagueantes luces complementaron el precioso marco; el vocalista en su punto se roba la primera bandera nacional de la noche mientras Jabs da vigor a la composición con su fulminante uso del talk box. Para no creérselo.



Schenker apunta a la gente mientras descarga los primeros acordes de “Coast To Coast”. Meine también se carga la guitarra y junto al bajista Pawel Maciwoda y Matthias Jabs se desplazan majestuosos por la pasarela central, y una vez sobre el borde de la misma rematar tan categórico tema instrumental. La preciosa “Loving You Sunday Morning” fue sumando puntos a la presentación y es que tras a haberme recreado la noche previa con las imágenes del ahora reeditado en DVD “World Wide Live” uno denota que el espíritu y poder del conjunto se mantiene inalterable a través de los años.

Momento para otra canción de su nuevo disco, “The Best Is Yet To Come”. Quien haya repasado las líricas de la misma comprenderá que por más retiro anunciado estos dinosaurios llevan todo el rock and roll que se quiera en la sangre. Al final, Klaus Meine solicitó a la audiencia que le acompañaran varias veces con el afectivo coro. La gente reconoce en Scorpions la valía de sus baladas, por ello cuando “Send Me An Angel” figuró más de uno estuvo próximo al colapso. Con sus particulares guitarras acústicas Jabs y Schenker brindaron las emotivas notas arropados en banderas tricolores y hasta el baterista James Kottak se les unió en la parte frontal de la pasarela. Esta parte sosegada del show prosiguió con “Holiday” y nuevamente la gente fue parte fundamental con sus coros. El tramo final del tema tuvo la sensacional electricidad que lo hace todo un himno del conjunto.

Las pantallas nos remontaron una vez más al pasado con imágenes de las épocas juveniles de Scorpions; entre la chispa de esos recuerdos interpretaron “Raised On Rock”, otra más de su nuevo álbum. La línea más heavy de la presentación incluyo “Tease Me Please Me” con el grupo sacudiendo sus cabezas mientras imágenes de mujeres bailando ponían a rockear el parque. A esto se le añadió una aplastante versión de “Dynamite”. Es entonces cuando el baterista norteamericano James Kottak arremete con un inaudito solo de batería de varios minutos encadenado a un corto visual donde el era el protagonista. En las imágenes el percusionista se ve atravesando un disparatado viaje mental basado en diferentes portadas de sus discos como “Pure Instinct”, “Fly to the Rainbow”, “Love at First Sting”, “Lovedrive”, y “Animal Magnetism” entre otros. Infortunadamente algunas fallas técnicas no permitieron apreciar por completo la secuencia, sin embargo el derroche en los tambores fue excepcional.



La seminal “Blackout” puso los pelos de punta, con Schenker personificando la portada del disco correspondiente. “Six String Sting” viró las cabezas sobre Matthias Jabs en su diestro solo de guitarra. “Big City Nights” también fue ampliamente celebrada, con el fondo del escenario plasmando la panorámica de una metrópoli encendida y en la que se podía leer el nombre de Bogotá. Como postal de la noche la pirámide humana que eleva a Klaus Meine sobre los guitarrista mientras porta un antifaz. De ensueño.

Los músicos se retiran y con los cánticos demandado más acción reaparecen para lanzarse sobre las sentimentales “Still Loving You” y “No One Like You”. El público excitado y los artistas en tarima emocionados. El remate fue arrasador gracias a la solidez que siempre consignará “Rock You Like a Hurricane”. Los presentes exigieron a gritos el himno a la paz que es “Wind Of Change”, hubo una conmovedora interpretación a capela, empero fue desilusión para algunos que no se exhibiera en su forma idónea. A juicio personal, después de evidenciar este colosal espectáculo y de escuchar un millón de veces en nuestras mediocres emisoras dicha canción, su exclusión no me merece ningún reproche.



Alrededor de ocho mil personas contemplaron la estremecedora despedida de Scorpions de los escenarios. La entrega de estos monstruos no tiene valor, es así como las lagrimas y abrazos vistos entre la gente presente son tan solo vestigios de los sentimientos que afloran tamañas canciones en directo. Cuesta creer que este sea el imponente retiro de los artistas contemplados ya que la magia de antaño persiste en su venturoso presente. Por ahora y a modo de consuelo solo deseo que este proclamado “adiós” se prolongue ya que los gratos momentos reseñados bien ameritan un soberbio ¡hasta luego!

Escrito por: Alejandro Bonilla Carvajal
Fotos por: Adrián Prada

Fotos de la Rueda de Prensa de Scorpions en: http://www.rockombia.org/galeria/rueda-de-prensa-scorpions-en-colombia

Fotos concierto de Cinderella y Scorpions en: http://www.rockombia.org/galeria/scorpions-y-cinderella-en-colombia-2010

Pronto video con los mejores momentos del concierto