CRADLE OF FILTH
AVALON
Bogotá, Teatro Metropol
Domingo 12 de diciembre del 2010
EN EL OJO DEL HURACÁN
La presentación de los británicos Cradle Of Filth en el Teatro Metropol fue el autentico debut en estas tierras para Dani Filth y los suyos. El abominable episodio vivido en 2004 no puede ser considerado más que una mala experiencia ajena a la música. Con uno de los peores sonidos que recuerde en mi vida por cortesía del Coliseo El Salitre (cuando entenderemos que en esta ciudad los coliseos son pobres construcciones carentes de toda acústica y que solo sirven para jugar baloncesto), la banda de Suffolk quedo debiéndole muchísimo al público nacional. Carentes de entusiasmo, sin potencia y con la arrogancia a flor de piel. Era mejor pasar la hoja y esperar una nueva visita en óptimas condiciones para evaluar con justicia a tan controvertida propuesta.
La excusa para esta nueva travesía sudamericana se encuentra en “Darkly, Darkly, Venus Aversa”, una producción editada unas cuantas semanas atrás y que gira entorno a Lilith, aquella sublevada y pecaminosa mujer que bien ha servido de inspiración a innumerables artistas. El álbum no defrauda si simpatizas con las últimas entregas discográficas del conjunto: matices oscuros, arreglos cinematográficos, algunos riffs de la vieja escuela y la voz del pequeño cantante ofreciendo variados registros. Nunca convencerá a todos aquellos que los abandonaron en “Midian” pero al menos evidencia el apetito de estos vampiros por seguir entregando nuevo material pese a la firme crítica.
Apreciando las filas alrededor del Teatro Metropol era claro que de la infame primera visita al día de hoy ha habido un recambio en los seguidores de Cradle Of Filth. La mayoría estaba constituida por público muy joven, quienes no dudaron en sacar sus mejores prendas góticas del closet y exhibirlas con orgullo en el dominical. Sin duda esta es una banda para amarla u odiarla. Para los tradicionalistas del black metal resultan altamente ofensivos pero para los fieles la devoción parece infinita. La taquilla fue generosa y el recinto se vio copado en sus dos plantas. Se puede decir lo que sea sobre los ingleses excepto que no resultan comercialmente favorables.
Sobre las ocho de la noche saltaron a las tablas con “The Cult Of Venus Aversa” generando vehemente apoyo en las primeras filas que se disputaban una ubicación idónea para filmar o fotografiar al polémico Dani Filth. Una vez terminada la canción, el frontman saludo a los presentes con buena disposición y acto seguido presentó “Honey and Sulfur”. La excitación ascendería dentro de las paredes del teatro cuando interpretaron “Her Ghost In The Fog”.
El sonido patinó en esos primeros temas, pero bien sabemos que este recinto ofrece las condiciones necesarias para que el sonido sea optimo. Así este aspecto fue mejorando conforme el repertorio iba avanzando. “Lilith Immaculate” nos presentó a la teclista, ubicada por el costado derecho de la tarima y subida en una plataforma. Tengo serias dudas de que se tratase de Ashley Ellyllon, ya que de la preciosa pelirroja aclamada en las páginas de la revista norteamericana Revolver a la chica de esta noche, las diferencias eran bastante notorias. No obstante esta mujer cantó con solidez sus líneas y su aporte en los teclados resultó brillante. Tal vez al ser una contratada o sencillamente una debutante su timidez y frialdad le restaron puntos.
La oscuridad prosiguió de la mano de “Nymphetamine Fix” y fue celebrada a todo pulmón por la concurrencia cuando emergió “The Principle Of Evil Made Flesh”. Dani se movía de un lado al otro con esos simpáticos ademanes que posee y sus hirientes aullidos zumbaban en nuestros oídos. Enfundado en el tradicional cuero negro pero ya sin melena a cambio de una prominente barriga, el vocalista no desentonó. Sabe hasta donde debe exigirse y cumple con sus tareas espantando cualquier duda sobre sus capacidades.
“Dusk and Her Embrace” fue otro de los puntos álgidos de la noche. Los días en que este grupo era considerado de culto en la música extrema están bien idos, no obstante las interpretaciones de dicho periodo mantienen el vigor y crudeza de antaño. El trabajo en la batería de Martin Škaroupka es excepcional, no hay reclamo alguno sobre el reemplazante del afamado Adrian Erlandsson. Toda la presentación robó protagonismo por su incesante baquetear y salvajes blast beats. Por su parte el veterano guitarrista Paul Allender machacó esos riffs característicos bien secundado por el bajo de Dave Pybus.
Con “The Twisted Nails Of Faith” se dio por cerrada la presentación. Una faceta completamente diferente a la expuesta seis años atrás; con unos músicos más prestos a bridar show y no llanamente a cumplir un contrato. El retorno de Cradle Of Filth fue con “Ave Satani”, y posteriormente destacarían las furiosas interpretaciones de “Cruelty Brought Thee Orchids” junto a “From the Cradle To Enslave”. La banda agradece la asistencia y la gente sale de la sala contenta. Revancha para quien perdió su dinero bajo las tejas del Salitre y satisfacción para los novicios.
Esta agrupación siempre generará debate a donde vayan. La apropiación de sonidos que muchos consideraban exclusivos de un público selecto para dosificarlos a las grandes masas con sus arreglos halloweenescos, sumado a una meticulosa imagen, son pecados que muchos metaleros jamás absolverán. De cualquier forma mientras el morbo exista, los vampiros cobren cheques por mordedura y el público quiera oír a Dani chillar, los británicos permanecerán inamovibles del mapa del heavy metal.
Por Alejandro Bonilla Carvajal.
AVALON
Bogotá, Teatro Metropol
Domingo 12 de diciembre del 2010
EN EL OJO DEL HURACÁN
La presentación de los británicos Cradle Of Filth en el Teatro Metropol fue el autentico debut en estas tierras para Dani Filth y los suyos. El abominable episodio vivido en 2004 no puede ser considerado más que una mala experiencia ajena a la música. Con uno de los peores sonidos que recuerde en mi vida por cortesía del Coliseo El Salitre (cuando entenderemos que en esta ciudad los coliseos son pobres construcciones carentes de toda acústica y que solo sirven para jugar baloncesto), la banda de Suffolk quedo debiéndole muchísimo al público nacional. Carentes de entusiasmo, sin potencia y con la arrogancia a flor de piel. Era mejor pasar la hoja y esperar una nueva visita en óptimas condiciones para evaluar con justicia a tan controvertida propuesta.
La excusa para esta nueva travesía sudamericana se encuentra en “Darkly, Darkly, Venus Aversa”, una producción editada unas cuantas semanas atrás y que gira entorno a Lilith, aquella sublevada y pecaminosa mujer que bien ha servido de inspiración a innumerables artistas. El álbum no defrauda si simpatizas con las últimas entregas discográficas del conjunto: matices oscuros, arreglos cinematográficos, algunos riffs de la vieja escuela y la voz del pequeño cantante ofreciendo variados registros. Nunca convencerá a todos aquellos que los abandonaron en “Midian” pero al menos evidencia el apetito de estos vampiros por seguir entregando nuevo material pese a la firme crítica.
Apreciando las filas alrededor del Teatro Metropol era claro que de la infame primera visita al día de hoy ha habido un recambio en los seguidores de Cradle Of Filth. La mayoría estaba constituida por público muy joven, quienes no dudaron en sacar sus mejores prendas góticas del closet y exhibirlas con orgullo en el dominical. Sin duda esta es una banda para amarla u odiarla. Para los tradicionalistas del black metal resultan altamente ofensivos pero para los fieles la devoción parece infinita. La taquilla fue generosa y el recinto se vio copado en sus dos plantas. Se puede decir lo que sea sobre los ingleses excepto que no resultan comercialmente favorables.
Sobre las ocho de la noche saltaron a las tablas con “The Cult Of Venus Aversa” generando vehemente apoyo en las primeras filas que se disputaban una ubicación idónea para filmar o fotografiar al polémico Dani Filth. Una vez terminada la canción, el frontman saludo a los presentes con buena disposición y acto seguido presentó “Honey and Sulfur”. La excitación ascendería dentro de las paredes del teatro cuando interpretaron “Her Ghost In The Fog”.
El sonido patinó en esos primeros temas, pero bien sabemos que este recinto ofrece las condiciones necesarias para que el sonido sea optimo. Así este aspecto fue mejorando conforme el repertorio iba avanzando. “Lilith Immaculate” nos presentó a la teclista, ubicada por el costado derecho de la tarima y subida en una plataforma. Tengo serias dudas de que se tratase de Ashley Ellyllon, ya que de la preciosa pelirroja aclamada en las páginas de la revista norteamericana Revolver a la chica de esta noche, las diferencias eran bastante notorias. No obstante esta mujer cantó con solidez sus líneas y su aporte en los teclados resultó brillante. Tal vez al ser una contratada o sencillamente una debutante su timidez y frialdad le restaron puntos.
La oscuridad prosiguió de la mano de “Nymphetamine Fix” y fue celebrada a todo pulmón por la concurrencia cuando emergió “The Principle Of Evil Made Flesh”. Dani se movía de un lado al otro con esos simpáticos ademanes que posee y sus hirientes aullidos zumbaban en nuestros oídos. Enfundado en el tradicional cuero negro pero ya sin melena a cambio de una prominente barriga, el vocalista no desentonó. Sabe hasta donde debe exigirse y cumple con sus tareas espantando cualquier duda sobre sus capacidades.
“Dusk and Her Embrace” fue otro de los puntos álgidos de la noche. Los días en que este grupo era considerado de culto en la música extrema están bien idos, no obstante las interpretaciones de dicho periodo mantienen el vigor y crudeza de antaño. El trabajo en la batería de Martin Škaroupka es excepcional, no hay reclamo alguno sobre el reemplazante del afamado Adrian Erlandsson. Toda la presentación robó protagonismo por su incesante baquetear y salvajes blast beats. Por su parte el veterano guitarrista Paul Allender machacó esos riffs característicos bien secundado por el bajo de Dave Pybus.
Con “The Twisted Nails Of Faith” se dio por cerrada la presentación. Una faceta completamente diferente a la expuesta seis años atrás; con unos músicos más prestos a bridar show y no llanamente a cumplir un contrato. El retorno de Cradle Of Filth fue con “Ave Satani”, y posteriormente destacarían las furiosas interpretaciones de “Cruelty Brought Thee Orchids” junto a “From the Cradle To Enslave”. La banda agradece la asistencia y la gente sale de la sala contenta. Revancha para quien perdió su dinero bajo las tejas del Salitre y satisfacción para los novicios.
Esta agrupación siempre generará debate a donde vayan. La apropiación de sonidos que muchos consideraban exclusivos de un público selecto para dosificarlos a las grandes masas con sus arreglos halloweenescos, sumado a una meticulosa imagen, son pecados que muchos metaleros jamás absolverán. De cualquier forma mientras el morbo exista, los vampiros cobren cheques por mordedura y el público quiera oír a Dani chillar, los británicos permanecerán inamovibles del mapa del heavy metal.
Por Alejandro Bonilla Carvajal.