Y el dios empezó su fiesta esta vez no con chicha, pero si con aguardiente, disfrutando de las artes y la fiesta que sin lugar a duda este fin de semana se tomo no sólo a Cajicá, sino a Colombia.
El festival Nem Cata-Coa, es una apuesta a lo diferente, a la cultura, al respeto, la identidad, la música y el arte. Es un marco de experiencias, compenetraciones, realidades y adaptación a los cambios que están involucrando a Colombia, como una capital musical, donde los artistas llegan para no quererse ir y el calor del público sólo recoge en sus corazones gratitud y expectativas para un pronto regreso.
Al principio parecía loco reunir en un mismo lugar a Green Day, Jamiroquai, Cobra Starship, Tego Calderón, La Mala Rodríguez, Divagash, el Cuarteto de Nos y los más de 30 artistas que participaron en esta primera versión del festival; pero Evenpro, logro hacerlo, mezclando mil públicos diferentes todos a son de tolerancia.
El sábado más de uno tenía una mezcla de mil sensaciones, emociones y sentimientos, las ansias hacían parte del ambiente que se podía respirar desde los Héroes y la 170, lugares donde salieron los buses hacía el Club el Polo de Cajícá.
El día fue largo, pero no importo el barro, el calor, el frío, la distancia, el tiempo o uno que otro desorden de logística, para hacer del 9 de octubre de 2010, un día que para los asistentes no tendrá igual.
Las dos bandas principales de aquel día estaban dispuestas para hacer que su show dejara una marca imborrable en la mente de su público.
Cobra Starship, empezó su presentación alrededor de las 7:45 pm, en el escenario principal, llamado Zipa. Esta su primera presentación en Latinoamérica, exploto con un sinfín de energía como una onda sonora que se robo la atención y pasión de más de mil corazones.
Los fans, desde ya un largo tiempo pedían a Cobra en tierra latinoamericana, y fue Colombia el lugar escogido donde Gabe Saporta, Ryland Blackinton, Alex Suarés, Victoria Asher y Nate Novarro escogieron para su debut.
A tonadas de The city is at war, empezó un espectáculo sin precedentes con la que esta banda de pop dance neoyorkino, detono mil gritos, aplausos y energía.
Era increíble ver como todas las voces se convertían en una sola, como los aplausos se sincronizaban con lo que pasaba en el ambiente y como poco a poco, algunos que se notaba que desconocían a la banda se iban contagiando y terminaban siendo los que coreaban más fuerte sus canciones.
Podría decir sin temor a equivocarme, que esta vez no se sabría quién es el encantador flautista y quién la serpiente que baila a su ritmo, el público vibraba a una sola voz y los integrantes de esta banda que promete llenar los escenarios del mundo con su música se llenaban de la pasión y gran calor que le ofrecían todas esas personas que bailaban y cantaban con sus tonadas.
Canciones como Hot Mess, The church of hot addiction, Guilty Pleasure, Nice guys finish last, Pleasure Ryland, Kiss my sas, fueron las interpretadas por este gran grupo que sin lugar a dudas demostró el por qué de su gran cantidad de adeptos y su continuo crecimiento en la escena musical.
Nadie puede negar que lograron una conexión total con un público desconocido pero que sin lugar a dudas lleva tatuado a Cobra en su alma. El sólo hecho de aprovechar las facilidades de su vocalista y líder Gabe Saporta, en el manejo del español, gracias a su nacionalidad Uruguaya y las raíces colombianas de su bajista Aléx Suárez, ayudaron a que existiera una mayor identificación con el público colombiano.
Tanto así, que para cuando cerraron su concierto con Good girls go bad, no hubo persona que se quedara quieta, es tan sencillo como que el club se vio acogido por las voces ya casi disfónicas de los fans de Cobra, unos de hace años, otros que empezaron desde anoche.
Jamiroquai en cambio empezó en el mismo escenario a las 10:15 pm, el lleno fue total, y la hora que transcurrió entre Cobra y Jamiro fue eterna, todos querían ver al grupo que según muchos es el responsable de la ola de conciertos actual en el país, porque según palabras del mismo Jay Kay, Colombia es una chimba!
Su presentación fue una mezcla entre antiguas producciones y su álbum actual, canciones como Give hate a chance, Love Foolosophy, Cosmic Girl, White Knuckle Ride, Dance, y Dynamite, fueron parte de su repertorio.
Como todas las presentaciones de Jamiro, completamente impecable, envolventes e impactantes, las locuras en el escenario, la irreverencia de sus interpretaciones, la sencillez y entrega a su público fueron la dinamita que causo la explosión más grande jamás vista.
Las personas no sabían ni qué hacer si gritar, sentir, saltar, cantar, reír, llorar, parecía como si estuviesen en la séptima nube, cumpliendo su más grande sueño, nadie creía que fuese realidad, los que lo vieron en el 2006 se maravillaban con su regreso y juzgaban el espectáculo como excelente, con su esencia innata y con los mismas sensaciones que les despertó la primera vez; y para los que este fue su primer contacto real con la banda inglesa sólo pudieron mostrar asombro y felicidad, se dejaron envolver por el ritmo y energía de cada uno de los instrumentos y de la voz de Jay Kay.
Cosmic Girl, vivió el climax de la noche, revolcó las sensaciones y se hizo parte de las memorias de un libro que no se escribió pero que vive en lo más profundo de los asistentes.
El hecho que Jay Kay decidiera tomar aguardiente en la tarima, causo implosión en el público, todos lo sentían cerca, entregado a ellos, y que a pesar de su cansancio que se notó en los últimos minutos, este gran artista vivía en esos momentos por su público colombiano.
Deeper Underguound fue la encargada de cerrar la presentación, canción que Jamiroquai se devolvió a tocar a las 11:40 pm, luego de ya haber abandonado el escenario minutos antes.
Dos presentaciones alucinantes, el festival no empezó ni termino con ellas, pero si hicieron parte de un fin de semana que demuestra el nivel evolutivo de la música en Colombia, de los asistentes y de los organizadores.
“La música no es excluyente, son sólo melodías y tonos que envuelven los sentidos en mágicos mundos inimaginados, que embarcan los sueños de palabras nunca antes dichas pero siempre pensadas”, por eso que viva la música en todas sus expresiones y géneros, y que en Colombia como en el mundo se siga apostando por el arte y la belleza de la vida.
Por Karol Vargas
El festival Nem Cata-Coa, es una apuesta a lo diferente, a la cultura, al respeto, la identidad, la música y el arte. Es un marco de experiencias, compenetraciones, realidades y adaptación a los cambios que están involucrando a Colombia, como una capital musical, donde los artistas llegan para no quererse ir y el calor del público sólo recoge en sus corazones gratitud y expectativas para un pronto regreso.
Al principio parecía loco reunir en un mismo lugar a Green Day, Jamiroquai, Cobra Starship, Tego Calderón, La Mala Rodríguez, Divagash, el Cuarteto de Nos y los más de 30 artistas que participaron en esta primera versión del festival; pero Evenpro, logro hacerlo, mezclando mil públicos diferentes todos a son de tolerancia.
El sábado más de uno tenía una mezcla de mil sensaciones, emociones y sentimientos, las ansias hacían parte del ambiente que se podía respirar desde los Héroes y la 170, lugares donde salieron los buses hacía el Club el Polo de Cajícá.
El día fue largo, pero no importo el barro, el calor, el frío, la distancia, el tiempo o uno que otro desorden de logística, para hacer del 9 de octubre de 2010, un día que para los asistentes no tendrá igual.
Las dos bandas principales de aquel día estaban dispuestas para hacer que su show dejara una marca imborrable en la mente de su público.
Cobra Starship, empezó su presentación alrededor de las 7:45 pm, en el escenario principal, llamado Zipa. Esta su primera presentación en Latinoamérica, exploto con un sinfín de energía como una onda sonora que se robo la atención y pasión de más de mil corazones.
Los fans, desde ya un largo tiempo pedían a Cobra en tierra latinoamericana, y fue Colombia el lugar escogido donde Gabe Saporta, Ryland Blackinton, Alex Suarés, Victoria Asher y Nate Novarro escogieron para su debut.
A tonadas de The city is at war, empezó un espectáculo sin precedentes con la que esta banda de pop dance neoyorkino, detono mil gritos, aplausos y energía.
Era increíble ver como todas las voces se convertían en una sola, como los aplausos se sincronizaban con lo que pasaba en el ambiente y como poco a poco, algunos que se notaba que desconocían a la banda se iban contagiando y terminaban siendo los que coreaban más fuerte sus canciones.
Podría decir sin temor a equivocarme, que esta vez no se sabría quién es el encantador flautista y quién la serpiente que baila a su ritmo, el público vibraba a una sola voz y los integrantes de esta banda que promete llenar los escenarios del mundo con su música se llenaban de la pasión y gran calor que le ofrecían todas esas personas que bailaban y cantaban con sus tonadas.
Canciones como Hot Mess, The church of hot addiction, Guilty Pleasure, Nice guys finish last, Pleasure Ryland, Kiss my sas, fueron las interpretadas por este gran grupo que sin lugar a dudas demostró el por qué de su gran cantidad de adeptos y su continuo crecimiento en la escena musical.
Nadie puede negar que lograron una conexión total con un público desconocido pero que sin lugar a dudas lleva tatuado a Cobra en su alma. El sólo hecho de aprovechar las facilidades de su vocalista y líder Gabe Saporta, en el manejo del español, gracias a su nacionalidad Uruguaya y las raíces colombianas de su bajista Aléx Suárez, ayudaron a que existiera una mayor identificación con el público colombiano.
Tanto así, que para cuando cerraron su concierto con Good girls go bad, no hubo persona que se quedara quieta, es tan sencillo como que el club se vio acogido por las voces ya casi disfónicas de los fans de Cobra, unos de hace años, otros que empezaron desde anoche.
Jamiroquai en cambio empezó en el mismo escenario a las 10:15 pm, el lleno fue total, y la hora que transcurrió entre Cobra y Jamiro fue eterna, todos querían ver al grupo que según muchos es el responsable de la ola de conciertos actual en el país, porque según palabras del mismo Jay Kay, Colombia es una chimba!
Su presentación fue una mezcla entre antiguas producciones y su álbum actual, canciones como Give hate a chance, Love Foolosophy, Cosmic Girl, White Knuckle Ride, Dance, y Dynamite, fueron parte de su repertorio.
Como todas las presentaciones de Jamiro, completamente impecable, envolventes e impactantes, las locuras en el escenario, la irreverencia de sus interpretaciones, la sencillez y entrega a su público fueron la dinamita que causo la explosión más grande jamás vista.
Las personas no sabían ni qué hacer si gritar, sentir, saltar, cantar, reír, llorar, parecía como si estuviesen en la séptima nube, cumpliendo su más grande sueño, nadie creía que fuese realidad, los que lo vieron en el 2006 se maravillaban con su regreso y juzgaban el espectáculo como excelente, con su esencia innata y con los mismas sensaciones que les despertó la primera vez; y para los que este fue su primer contacto real con la banda inglesa sólo pudieron mostrar asombro y felicidad, se dejaron envolver por el ritmo y energía de cada uno de los instrumentos y de la voz de Jay Kay.
Cosmic Girl, vivió el climax de la noche, revolcó las sensaciones y se hizo parte de las memorias de un libro que no se escribió pero que vive en lo más profundo de los asistentes.
El hecho que Jay Kay decidiera tomar aguardiente en la tarima, causo implosión en el público, todos lo sentían cerca, entregado a ellos, y que a pesar de su cansancio que se notó en los últimos minutos, este gran artista vivía en esos momentos por su público colombiano.
Deeper Underguound fue la encargada de cerrar la presentación, canción que Jamiroquai se devolvió a tocar a las 11:40 pm, luego de ya haber abandonado el escenario minutos antes.
Dos presentaciones alucinantes, el festival no empezó ni termino con ellas, pero si hicieron parte de un fin de semana que demuestra el nivel evolutivo de la música en Colombia, de los asistentes y de los organizadores.
“La música no es excluyente, son sólo melodías y tonos que envuelven los sentidos en mágicos mundos inimaginados, que embarcan los sueños de palabras nunca antes dichas pero siempre pensadas”, por eso que viva la música en todas sus expresiones y géneros, y que en Colombia como en el mundo se siga apostando por el arte y la belleza de la vida.
Por Karol Vargas