Reseña de Lacrimosa en Bogotá - 2015

Una noche con un sinfín de emociones se vivió el pasado 17 de Diciembre en el Teatro Ecci, situado en el pleno centro de la ciudad de Bogotá. Aunque el frío no se sintió para los fieles seguidores de una de las más grandes bandas de Gothic Metal en el mundo, Lacrimosa. Por el contrario, el calor, las ansias y la felicidad dieron la bienvenida al arlequín que cumple 25 años de tocar el alma de todos aquellos que por una u otra razón llegan a él. Las puertas abiertas desde muy temprano, fueron testigos del aforo total de uno de los conciertos más esperados del año.

Bajo los acordes de "Lacrimosa Themes", los artistas se adueñaron del escenario, bombas negras y blancas, se movían de derecha a izquierda como una perfecta coreografía en el público. Tilo Wolff con su gran elegancia y en muletas, cantó las primeras notas y de esta manera las emociones empezaron a explotar. Desde todos los ángulos del lugar se podía observar la banda como si fuera un gran recital de teatro, todos en sus sillas muy bien acomodados con una logística impecable. Tilo al ver esto dijo, "Nuestro último show en latinoamérica del UnterWelt-Tour y la primera vez que vemos al púbico sentado, obviamente para nosotros es muy emocional precisamente por ser nuestro último show." No sólo esto, el escenario cubierto por sábanas blancas y al fondo tan sólo el arlequín, hacían el juego completo para una atmósfera de total intimidad con Lacrimosa.
Lacrimosa en Bogotá
Acto seguido, "Der Kelch der Hoffnung" y "Kaledoskop", pertenecientes a su más reciente trabajo discográfico titulado Hoffnung, fue uno de los mejores preludios para que el público entrara a este oscuro pero a la vez mágico mundo de Lacrimosa. Luego, "Apart" sería la primera canción que Anne Nurm, interpretaría en solitario, un aire a reina japonesa y con dulces movimientos fue el foco de atención.

Nos remontarían con "Cruxificio" a sus inicios, una de sus más oscuras canciones del famoso álbum Satura. El punto más alto se sintió con "Alleine zu Zweit" y "Lichtgestalt", cantados a unísono por el público con la banda. Sin intermedio seguiría "I lost My Star in Krasnodar".

"Ahora vendrá algo del nuevo álbum, hice esta canción acerca de algo que realmente me fascinó... Así que, piensen en este momento en el color azul, es fácil. Ahora en rojo, verde, negro. Ahora, piensen en el color que vendrá. Esto es la vida, sabemos de donde venimos, nosotros sabemos lo que hacemos ahora, pero no sabemos lo que va a suceder. Nuestras esperanzas, sueños, nuestros deseos, pero no tenemos idea de cómo resultarán ni lo que la vida depara para nosotros. Una mano es la tragedia de la vida y la otra la pureza. Bueno esta canción es acerca de eso, enamorarse y no saber cómo afrontarlo y todo tus sueños en la vida los dejas a un lado." Así presentaba Tilo "Die unbekannte Farbe". Seguirían "If the World Stood Still a Day", "Feuer" y "Unterwelt", esta última de su nuevo álbum, una canción con un sonido más orientado al rock duro. En medio de "Feuer" Tilo le recordó a todos, "Hacer lo que nos apasiona, sin herir a nadie."
Lacrimosa en Bogotá
“Thunder and Lightning” y “Apeiron – Der Freie Fall, Part 2” serían las encargadas de irnos acercando al final, no sin antes una acapella de Tilo con el público para los primeros versos de "Der Morgen danach", canción del 2001 del álbum Fassade, una hermosa balada que muestra el ascenso del amor. Seguirían "Keiner Schatten mehr", "Durch Nacht und Flut" y "Ich bin der brennende Komet", en la cual Tilo no resistió interactuar con el público y levantarse de su silla aún con muletas, para entregarle a sus seguidores una gran noche, llena de poesía y elegancia.

Para cerrar, no podría ser otra que “Copycat”, canción de 1995, recordada por escuchar a Ann por primera vez en Lacrimosa, un verdadero clásico que la banda no dudó en poner para cerrar su gira latinoamericana. Como eco de esta presentación, las voces de Tilo y Ann quedarán por mucho tiempo en el público capitalino, la excelente puesta en escena de todos los músicos y la buena organización que un evento de este tipo merece. Además, no debería ser el primero ni el último concierto donde los asistentes puedan disfrutar cómodamente grandes artistas.

Reseña por Adriana Morales
Fotos por Juan Sebastian Londoño