Reseña: Mötley Crüe “The Final Tour” con Alice Cooper en Miami

El American Airlines Arena de Miami estaba listo para recibir a dos figuras icónicas del rock en la noche del 2 de septiembre: Alice Cooper y por supuesto Mötley Crüe quienes se presentarían por última vez frente a una multitud que llenaba el lugar con camisetas de los artistas y coreando cada canción antes de empezar el show.

Alice Cooper quien era el acto de apertura para la gira de despedida de Mötley Crüe calentó los motores de las casi 16.000 personas que se encontraban en el lugar con un monologo de Vincent Price que se convertiría en “Black Widow” y luego en “No More Mr. Nice Guy”. La noche avanzo en medio de éxitos como “Billion Dollar Babies”, “I’m Eighteen” y “Poison” que demostró la soltura en escenario y la excelente interpretación de Nita Strauss, sin embargo la teatralidad que caracteriza a Cooper y lo ha coronado como el rey del Shock Rock, vino durante la interpretación de “Feed My Frankestein” donde Cooper es sometido a un aparato de tortura en el que recibe descargas eléctricas y luego sobre el escenario aparece una criatura de aproximadamente 2.5 metros interpretando dicho tema.

Más tarde Alice es amarrado con una camisa de fuerza con la que interpreta “Ballad Of Dwight Fry”, hasta que finalmente es llevado a la guillotina donde su cabeza desaparece mientras suena “I Love Death”. El final del show de Alice Cooper sucede con “School\'s Out”, que termina siendo mezclado con una parte de “Another Brick In The Wall” de Pink Floyd mientras el público jugaba con globos gigantes que terminan siendo explotados por el mismo Cooper.

Después de 45 minutos de un excelente show venia el plato fuerte de la noche, en medio de la oscuridad y con sonidos de motocicletas van emergiendo lentamente: Nikki Sixx, Tommy Lee, Mick Mars y finalmente Vince Neil interpretando: “Girls”, Girls, Girls”, seguido de “Wild Side” que termino en una explosión de euforia de todo el público asistente y fuego por parte de los Crüe.

Los animos se calmaron un poco mientras la banda interpretaba “Primal Scream”, “Don’t Go Away Mad”, “Same Ol’ Situation”, “Smokin In The Boys Room”, “Looks That Kill” y “Shout At The Devil”. La emoción volvió luego de que Tommy Lee hiciera su show sobre el denominado “Cruecifly”: Una montaña rusa que atravesaba el recinto y en la que la batería de Lee daba vueltas sobre su propio eje con un espectáculo de luces francamente impresionante. El turno luego fue para Mick Mars, que interpreto un magistral solo de guitarra anticipando éxitos como “Live Wire”, “Saints Of Los Angeles” y “Dr. Feelgood”.

El momento cumbre vino con “Kickstart My Heart”, cada palabra fue coreada por el público con toda la energía que esta canción impone. Nikki Sixx y Vince Neil fueron trasportados en grúas, mientras del techo caían serpentinas y el escenario era iluminado con numerosas explosiones dejando a la vista un pentagrama encendido que recordaba la portada censurada del segundo álbum de la banda “Shout At The Devil”.

Cuando se creía que el show había terminado, la banda apareció en una plataforma junto a un piano en el que interpretaron “Home Sweet Home”, a la vez que en las pantallas se proyectaban imágenes de toda la carrera de Mötley Crüe y fragmentos de sus videos, la energía del público se trasformó en un momento sumamente emotivo que mezclaba lágrimas y alegría de estar presente en el último show de la banda pionera del movimiento Glam de los 80’s.
A pesar de que la capacidad vocal de Vince Neil se ha visto afectada en 34 años de carrera y la molestia de Nikki Sixx con algunos miembros del público, en especial con la primera fila, por tomarse selfies durante el show en vez de disfrutar el espectáculo. Mötley Crüe dejo claro porque su legado no morirá y seguirá conquistando generaciones a través de los años, con un espectáculo lleno de fuego, explosiones, sangre y mujeres hermosas, diseñado para que cada persona que se encontraba en el lugar, incluso en la última fila, pudiera estar cerca de sus ídolos.


Reseña por Raquel Navas.
Foto por lord_dane88