Reseña de KISS en El Campín

Tuvieron que pasar exactamente seis años para que KISS regrese al país y se reencuentre con su ejército de fanáticos, que después de una carrera de casi medio siglo, se cuentan por millares a lo largo de toda la geografía nacional.

La cita había sido pactada en su inicio para el monumental parque simón Bolívar de la capital; pero por motivos de agenda distrital (y algo de suerte), este show se movió para el estadio Nemesio Camacho el Campin, lugar donde todo el fulgor que esta legendaria agrupación neoyorquina traía montado, brillaría con más intensidad al tratarse de una banda acostumbrada al espectáculo de estadio.


El dicho popular que reza: “abril, lluvias mil”, se desvirtuó completamente para “The KISS 40th Anniversary World Tour”, ya que Bogotá presentó una noche alucinantemente despejada, como presagiando lo que acontecería horas más tarde; porque evidentemente un performance de la calidad técnica como el que KISS trajo a Colombia, no hubiese sido ni la mitad de lo que fue, si la tradicional lluvia capitalina de estos tiempos, decidiera haber asomado su gris rostro por las inmediaciones del Nemesio.

Las luces generales del Campin se apagaron, mientras las pantallas de los celulares y cámaras se encendían afanosas al ver la proyección del video con el que la banda abre sus conciertos; una entrada por el pasillo del back stage dejaba ver uno a uno a los cuatro integrantes que caminaban eufóricos hacia el escenario mientras la grave voz de J.R. Smalling, que con el famoso discurso “You wanted the best, You got the best. The hottest band in the world, ¡KISS!”, le anunciaba oficialmente al público que la hora había llegado.

Siendo las 9 p.m. el enorme telón, donde las conocidas letras de la banda brillaban en plata intenso, cayó con una explosión de pirotecnia, serpentinas y efectos multimedia al escucharse “Detroit Rock City”, canción del álbum “Destroyer”, con la que KISS ha abierto todos los conciertos de su gira hasta el momento, y con la cual los asistentes literalmente enloquecieron al ver en el escenario a Paul Stanley, Gene Simmons, Eric Singer y Tommy Thayer con sus legendarios atuendos.


Después del avasallante inicio, la banda siguió con “Creatures of the Night”, primer corte del legendario disco de 1982 que lleva el mismo nombre. En medio del saludo oficial de Paul Stanley, que con un español bastante atrabancado ofrecía una que otra frase al público bogotano ganado los gritos de la concurrencia, la banda interpretó el tema de 1998 “Psycho Circus”.

Con el correr de los minutos, KISS iba ofreciendo los fanáticos una muestra del enorme recorrido musical que han logrado acumular a lo largo de estas cuatro décadas plagadas de éxitos; haciendo una cronología musical que se intercalaba arrítmicamente en la escala del tiempo, interpretaron “War Machine”, “Do You Love Me” y “Deuce”, para proseguir con algo de su última producción de estudio: “Monster” (2012), de la que extrajeron “Hell or Hallelujah”.

Para continuar con la regresión a los temas más clásicos, el cuarteto oriundo de New York, regresó al famoso disco de 1982 “Creatures of the Night”, para interpretar su octava canción de la noche, “Love It Loud”; todo esto en medio de las acostumbradas pausas que Paul realiza para interactuar amenamente con el público.

Los rayos laser que hacen parte del performance, se alinearon contra la tribuna sur del estadio y ofrecían a los asistentes, además de lo que ocurría en tarima, una vista alucinante de la parte posterior del escenario, cuando interpretaron “Parasite” y “Lick It Up”, canciones 9 y 10 respectivamente.


El escenario quedó en silencio, cubierto solamente por una espectral capa de humo, rayos y un sonido de ultratumba, cuando una tenue luz verde enfocó a Gene Simmons (The Demon), que como poseído, simulaba gestos de suspenso y vomitaba sangre, al mismo tiempo que brindaba un sombrío solo de bajo ascendiendo a lo más alto del escenario para darle la introducción perfecta a la canción “God of Thunder”.

Los gritos de la multitud a unísono coreaban una sola sílaba: “KISS, KISS, KISS…”; momento perfecto para que “The Starchild” hable un poco más de lento español, tome su guitarra y vuele en una polea por encima de los aficionados hasta una torre puesta en el centro de la cancha para interpretarle a los asistentes que se encontraban más lejos del escenario principal, el tema de 1976, “Love Gun”.
Estando aún en la torre, y con los gritos del público que le pedían intensamente el tema “Forever”, Paul instó a las personas para que lo acompañen con la canción que seguía; se trataba de la balada de 1974 “Black Diamond”, que él comenzó antes de regresar nuevamente, surcando los aires de la fría Bogotá, al escenario.

Era irónico pensar que KISS se despediría de Colombia con las 14 canciones que habían interpretado hasta ese instante; muchos sabían que estaban reservando lo mejor para el final, y evidentemente así fue.

Con una descarga de Rock & Roll puro, KISS inició en tradicional Encore, llevando al público a mediados de la década del setenta con la canción “Shout It Out Loud”, que traslaparon con uno de sus más grandes éxitos en 40 años: “I Was Made For Loving You”, acompañado por las palmas del público.

Sin pausa alguna, la batería de Eric Singer (The Catman), inició el corto pero pegajoso fill de la que sin duda es la canción que más define el sonido de KISS en el mundo, “Rock and Roll All Nite”; esta sería la última canción que este enorme grupo de Hard Rock interpretaría en la capital de la república. Con una explosión majestuosa de pirotecnia, fuego, luces, y millones de papelitos, KISS demostró que su show es uno de los más elaborados en la historia del rock y que quedará marcado en la retina de las más de 15 mil personas que asistieron al estadio el Campin de Bogotá. Con un “We love You, good night”, Paul Stanley se despidió de sus “KISS ARMY” en Colombia, dejando en la historia un referente difícil de borrar.


La producción del evento cumplió todas las expectativas que un show de estas características requiere; la organización en los accesos, el personal de logística y todos los anexos que OCESA Colombia realizó para el confort de artistas y asistentes, demostraron que las empresas del entretenimiento siguen avanzando en realización de grandes eventos como el de esta mítica agrupación.

Reseña por Helder Zambrano Moreno