Crónica: Judas Priest en Colombia Defendiendo su Fe

JUDAS PRIEST
THUNDERBLAST

Bogotá, Centro Comercial Bima
Lunes 3 de noviembre del 2008


Dios mío...! si continuamos a este ritmo, ningún rockero que se precie de disfrutar de la música de las bandas más importantes del planeta en vivo deseará irse al extranjero para hacerlo. La verdadera dimensión de un artista se mide cuando se le puede ver en tarima con los amplificadores retumbando y el músico sudando, allí se degusta su real valía, lo demás son meros acercamientos. Si hace un año cualquiera me hubiera dicho que en el 2008 íbamos a poder presenciar a Iron Maiden y Judas Priest (los bastiones británicos del sumo heavy metal) en Colombia, le hubiera dicho que estaba alucinando. Ahora pienso que el viento sopla a favor: ya tenemos la buena respuesta y comportamiento del público junto a algunos empresarios serios. No obstante, para consolidar la gesta hace falta un lugar apropiado para eventos de envergadura y un real apoyo de los medios, si esto se suscita, señores, por aquí ya puede venir cualquiera que hayan soñado.

Los intereses económicos, las influencias y un deficiente manejo administrativo nos tienen penando desde años en esta metrópoli ante la falencia de un sitio para conciertos, por ello es de admirar la recursividad de algunos promotores. Aparentemente superada la abominable etapa de las farras del norte, las bodegas en zona industriales y ojala próximamente la del Coliseo El Campin, en esta oportunidad un centro comercial alguna vez popular por sus atracciones mecánicas bajo el celebre nombre de la fortaleza donde libró muchas batallas el Rey Arturo apareció como opción locativa. Pese a las dudas que emergieron sobre el sitio -un parqueadero para automóviles- fue posible levantar un montaje espectacular: un escenario de dos pisos, telones removibles, un gran juego de luces, dos pantallas gigantes de video y un gran sonido. Así, de la noche a la mañana pasamos en este lugar de montar en caballitos de acero para ver a los caballeros del acero.

Pese a la continua lluvia los miles de fieles al conjunto llegados de todo el país aguardaron serenos desde tempranas horas el momento del ingreso. En una acción oportuna de los organizadores hacia el medio día las puertas se abrieron, mas tarde, desde uno de los balcones del centro comercial pude observar el buen ambiente que se respiraba allí abajo. Ni la lejanía del sitio o las difíciles condiciones climáticas bajaban el ánimo de los espectadores, aguardando en completo orden a que la noche cayera para que el inimaginable show diera inicio. Todo estaba listo para la primera actuación en Colombia de la banda arquetípica del heavy metal; aquella que cuando piensas en ropa de cuero, taches, cadenas, látigos y motocicletas de alto cilindraje lo resume todo en dos palabras: Judas Priest.

Y la ley empezó a romperse.

Thunderblast, banda bogotana con 5 años de formación, descargó su quíntupla musical, conduciendo la energía del momento en una sólida pero transformada puesta en escena. Su paso por Rock al Parque días antes, había recargado sus esperanzas, perfilando lo que sería su segundo show ante grandes masas, interpretando temas como de su más reciente sencillo "When Zombies Rise". Es aquí cuando sepultamos la palabra telonero; el potencial demostrado por las agrupaciones que han tenido éste privilegio de representar sin ser reinado, un estilo musical y competir en destreza junto pioneras o secuaces de un género, ha reconfirmado más la credibilidad, autencidad y esfuerzo por unir varias cabezas bajo un mismo ideal, con deseos de evolucionar. Rockombia.com felicita a quiénes han afrontado éste paso en su trayectoria artística, esperando que empresas defensoras por los derechos musicales y el valor de una melodía, retribuyan de manera justa su afamada protección. Abrir un concierto requiere más que unas letras o una composición. Es dignidad con talento 100 % nacional.

Tras azotarnos todo el fin de semana, el cielo dejo de enviarnos agua justo en el momento del ansiado concierto, algo mágico, dado que hasta la luna en cuarto creciente nos visitó y tras finalizar el acto musical desapareció entre las densas nubes que empeñadas en su tarea de hidratar a la ciudad continuaron irrigando lluvia. El escenario era majestuoso, de colores rojo y negro estaba diseñado para cada movimiento del grupo. Escalinatas para que los músicos ascendieran y descendieran por ambos flancos, en cada punta se izaba una bandera con el logo del conjunto y más abajo era visible el mismo distintivo gigantesco a manera de placa.

A las 6:50 las luces se apagaron, entonces el misterioso rostro de Michel Nostradamus figuró en el fondo del escenario, con unos ojos rojos iluminados por lasers mientras la apocalíptica intro "Dawn Of Creation" sonaba, la gran mayoría teníamos la piel de gallina. Scott Travis tomó asiento tras su kit de batería a doble bombo en el segundo piso, mientras que los guitarristas K.K. Downing y Glenn Tipton junto al bajista Ian Hill aparecieron por la parte baja. Sorpresivamente Rob Halford resultó elevado por la izquierda gracias a una plataforma hidráulica, de la misma forma que inicia su nuevo disco editado este año dio comienzo la acción. "Prophecy" fue la primera canción, con el cantante envuelto en una bata platinada empuñando un báculo, estático a la vez que imponente, sin revelar su alopécica cabeza.

Los que aun no despertaban ante la colosal imagen, lo debieron hacer cuando "Metal Gods" continuó, un clásico del indispensable álbum "British Steel" con los guitarristas sacudiendo sus cabezas como si aun tuvieran 15 años y Halford ahora con una pañoleta y lentes oscuros desplazándose por la tarima con robóticos movimientos. El set list del grupo era un ajustado balance de sus esenciales temas junto a otras magnificas composiciones que aparentaban estar guardadas en el baúl de los recuerdos. Es el caso de "Eat Me Alive" perteneciente al "Defenders Of The Faith" que sonó muy compacta o de "Between the Hammer & the Anvil" una de las mejores pistas del extremo trabajo "Painkiller". La andanada rock and roll prosiguió con "Devil´s Child", confirmando lo que se vio desde el primer instante, una banda poseedora de un legado monumental que se halla rejuvenecida ante la contundente ejecución de cada una de sus piezas.

Muy esperado por todos era el momento en que Rob Halford indagara a la concurrencia "Breaking the what?" para responder al unísono "The Law", cuando finalmente llegó todo resulto perfecto, tanto la interpretación impecable como la compañía de unos cánticos de la gente ensordecedores. Les confieso que mi disco favorito de Priest es "Painkiller", quizá porque fue el primero que tuve en mis manos cuando era niño, jamás imagine ver en vivo "Hell Patrol" y para cuando alcancé el día, aquello fue tan excepcional como cuando giró por primera vez ese CD en el equipo de sonido de mi casa. A continuación tendríamos la monolítica "Death", una canción que parece un cover de Black Sabbath y que se extrae de su más reciente disco. Halford nos indicó que este tema hablaba sobre las visiones de Nostradamus entorno a la muerte, algo espeluznante ya que él vocalista cantaba sentado en un trono de cráneos, semejando a un mensajero del más allá, . Ahora entiendo porque el grupo desea tocar este álbum por completo en plan opera rock y con este episodio revelado estoy seguro que los resultados serán épicos.

"Dissident Aggressor" fue otro acierto en el repertorio, un tema de la década de los setenta cuando la banda se alzó a capitanear lo que los expertos denominaron la new wave of british heavy metal. Pero era momento de bajarle los decibeles al asunto y por lo tanto con el telón de fondo que enseña la imagen del metálico ángel perteneciente a la obra editada en 2005 y que marcó el retorno de la formación cúspide del grupo, sonó la hermosa "Angel". A través de las pantallas de video era visible el sentimiento impreso en cada nota y cada palabra emitida por el micrófono, todo ello acompañado de las palmas del público. El telón se movió de nuevo para que un enorme ojo fuera testigo del poder del grupo a la hora de descargar "The Hellion" y su consecuente "Electric Eye". La gente saltaba y respaldaba los coros, sin embargo el alien que tiene Judas como vocalista aplastaba a todos y eso que bien podría ser el abuelo de alguno de los muchos fieles que le vitoreaban.

Un conocido me dijo como en la reciente gira por Norteamérica de estos señores junto a las leyendas Heaven and Hell, Motörhead y Testament, la voz de Halford era retroalimentada con efectos ya que en este punto de su carrera su facultad no llegaba a los puntos más altos en varias canciones. Bien, o en los Estados Unidos ya han visto tantas veces a la banda que se imaginan cosas o Halford quería abusar de su poder sobrenatural porque acá sonó a tope y si bien reconozco que nunca le había visto previamente no echo de menos haberlo echo años atrás. ¿Cómo demonios se puede cantar así? Si es que en "Rock Hard, Ride Free" y "Sinner" las verdes montañas a nuestras espaldas se sacudieron con este huracán ingles. Después de juguetear con la gente en la intro de batería, "Painkiller" fue la cumbre de lo anteriormente descrito; riffs asesinos por doquier a cargo de la magnifica dupla de guitarristas, golpes de batería feroces sustentados por el bajista siembre firme a su posición y la voz de este dios del metal capaz de ganarle a una turbina dejó boquiabiertos a los presentes.

Tras la habitual pausa con la algarabía al máximo reclamando su vuelta al escenario, la postal que muchos rockeros deseaban y no olvidaran emergió: humo y sonidos de motor, Halford que muchas veces cambió de vestuario en el show se nos presentaba ahora con su traje brillante de ilustre harlista a bordo de una motocicleta. Verlo para creerlo, años de conocer esta epopeya a través de videos y finalmente tuvimos "Hell Bent For Leather" con todas las de la ley. Posteriormente tocaron "The Green Manalishi (With the Two-Pronged Crown)", una versión de lujo que hacen de Fleetwood Mac. Pero como si este par de temas no fuesen suficientes para regocijar las almas allí congregadas, Rob Halford reapareció con la tricolor a su cuello para poner a prueba las virtudes vocales de los asistentes que colmaban el recinto. "You've Got Another Thing Coming" fue el cierre de un concierto inolvidable, canción fundamental en la historia de la música y otra imagen que no se borrara de la mente de muchos: los músicos en el segundo piso del escenario con sus instrumentos apuntando al cielo y el mítico vocalista enviando besos de agradecimiento a todos los "locos metal maniacos".

" Judas Priest: Sobriedad Rockera cargada de glamour británico en donde la palabra se opaca por la contundente acción "

El enfervorizado metalero dirá que el metal esta más vivo que nunca, que jamás morirá y demás palabrería poética. Algún despistado comunicador del diario El Tiempo afirmó que era preferible ir a ver fusión y música vanguardista ese lunes en Rock al Parque ya que Halford tenía problemas de salud y por lo tanto su show era sacrificable. Quien escribe simplemente concluye que lo visto en el Centro Comercial Bima ratifica como Judas Priest no constituye su historia en un pasado grandilocuente, este sacramento vive gracias a la experiencia, la honestidad y virtud de disfrutar tocando para un público fiel y agradecido ad portas de los cuarenta años de carrera. En una hora y cuarenta minutos tuvimos un espectáculo magistral, por lo tanto mientras exista el quinteto creador del acero británico los amantes de su música autentica y atemporal pueden estar tranquilos, sin lugar a dudas ellos son los defensores de la fe.

Alejandro Bonilla Carvajal
Diana Rockombia


Agradecimientos: Evenpro-Colombia

Más fotos del concierto de Judas Priest en Colombia en: http://www.rockombia.org/gallery/conciertos/2008/judaspriest/